La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define la diabetes como “una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce”. Agrega que con el paso del tiempo, una diabetes no controlada daña gravemente distintos órganos y sistemas del cuerpo, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.

La piel de los pies seca y resquebrajada es uno de los síntomas del pie diabético. | Foto: Alina Solovyova-Vincent

De acuerdo con el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés), la diabetes afecta a 1 de cada 4 personas mayores de 65 años de edad en Estados Unidos y cerca del 90 % al 95 % de los casos en adultos corresponden a la diabetes tipo 2. En la diabetes tipo 2 el cuerpo no puede producir o usar bien la insulina presente. El NIDDK explica que las personas que la padecen podrán necesitar pastillas o insulina para controlar la enfermedad.

Mi Buscador de Salud, un micrositio coordinado por la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud de Estados Unidos explica que la diabetes aumenta el riesgo de que se presenten problemas graves de salud, como enfermedades del corazón, ataque o derrame cerebral, ceguera, insuficiencia renal o daño nervioso, que puede conducir a la amputación de un dedo del pie, de un pie o de una pierna.

El portal Ulceras.net, que ofrece información científica y comercial a profesionales sanitarios sobre el cuidado de la piel, las heridas y las úlceras cutáneas, señala que esta enfermedad crónica puede provocar la aparición de lesiones cutáneas y úlceras en el 25 % de los pacientes. “Esto se debe a la afectación de la enfermedad diabética sobre vasos, nervios y tejido epitelial”. Agrega que se trata de pacientes que por la propia patología corren mayor riesgo de infección, el cual puede provocar complicaciones importantes generales o locales.

De acuerdo con la División de Diabetes Aplicada del Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de Estados Unidos, estos son los síntomas que se pueden presentar con el pie diabético:

  • Dolor en las piernas o calambres en las nalgas, los muslos o las pantorrillas durante la actividad física.
  • Hormigueo, ardor o dolor en los pies.
  • Pérdida de la sensación del tacto o de capacidad para sentir bien el frío o el calor.
  • Cambio en la forma de los pies a lo largo del tiempo.
  • Caída del vello de los pies, los dedos de los pies y la parte inferior de las piernas.
  • Cambio en el color y la temperatura de los pies.
  • Engrosamiento o amarilleamiento de las uñas de los pies.
  • Infecciones por hongos, como pie de atleta entre los dedos de los pies.

“En el pronóstico, favorable o no, de la viabilidad de un pie diabético es básico determinar la situación arterial del miembro, es decir si el paciente de forma concomitante ha desarrollado un angiopatia y por lo tanto no tiene ´pulso pedio´, se puede decir que las posibilidades de curación serán menores, que si estamos ante una neuropatía y el pulso pedio es palpable en el pie afecto, en cuyo caso las curas locales serán mas agradecidas”, reseña Úlceras.net.

En palabras de Úlceras.net, hay otros factores condicionantes de las úlceras por el pie diabético, tales como:

  • Las alteraciones de la macrocirculación, es decir de los vasos de calibre grande, mediano y pequeño, así como alteraciones de la microcirculación que afectan a los capilares.
  • Las infecciones de los pies, generalmente por hongos, debidas a falta de higiene, humedad constante en los pies, contagio, etc.
  • Las alteraciones óseas de los pies, debido a malformaciones óseas y/o condicionada por la neuropatía motriz.
  • Disminución de la flexibilidad cutánea y el consecuente incremento del riesgo de deterioro de la misma.
  • Disminución de la sensibilidad y con ello la disminución de la percepción dolorosa.

Por lo anterior, los profesionales sanitarios de ese portal hacen énfasis sobre la importancia que tiene la prevención de la aparición de estas lesiones, cuya responsabilidad recae en el paciente. Es cuestión de conocer los riesgos que conlleva desarrollar este tipo de lesiones y prevenir su aparición, pues tienden a ser difíciles de curar y a generar complicaciones de salud.