“Yo soy consumidora de marihuana bastante regular, de hecho lo hago todos los días. (...) Me encanta ver acá, en el Congreso, esa pancarta gigante que dice cannabis porque rompe con la ideología de este país que, precisamente, criminaliza el consumo (...) Hacerlo todos los días me encanta y no me da pena decirlo porque necesitamos una transformación cultural en este país. La marihuana no tiene nada que ver sobre cómo seamos como personas”.
La revelación la hizo Susana Gómez Castaño, más conocida como Susana Boreal, una directora de orquesta antioqueña, activista y política, que sin trayectoria alguna en la vida pública se convirtió en representante a la Cámara por el Pacto Histórico.
Dichas declaraciones, hechas el pasado 23 de febrero en el recinto mismo del Congreso de la República, en las que además aseguró que dicho consumo se debía a que sufría de autismo, reavivaron una vieja polémica en Colombia, que aún no tiene punto final, sobre las ventajas y, sobre todo, los límites del consumo del llamado cannabis medicinal, y la cantidad y frecuencia con la que puede hacerse.
Pero, ¿cuáles son realmente los riesgos de fumar marihuana todos los días?
Afecta la salud cardiovascular
Justo días después de las declaraciones de la líder política colombiana, se dieron a conocer los resultados de un estudio internacional que demuestra que el consumo frecuente de esta droga genera, entre otros problemas de salud, un aumento significativo del riesgo de sufrir enfermedad de las arterias coronarias.
De acuerdo con dicha investigación, el uso diario de esta droga podría producir problemas cardíacos graves: “El cannabis no está del todo libre de daños y en realidad puede causar enfermedades cardiovasculares”, dice el autor principal del estudio, el doctor Ishan Paranjpe, médico residente de la Universidad de Stanford, en declaraciones recogidas por la cadena de televisión CNN.
De acuerdo con los resultados de este estudio, los consumidores diarios de cannabis tendrían 34 por ciento más de probabilidades de ser diagnosticados con enfermedad de las arterias coronarias que aquellas que nunca habían consumido la droga y subrayó que sí existe una diferencia sustancial entre quienes consumen cannabis a diario y quienes lo hacen esporádicamente.
Riesgos para el cerebro
En ello se muestra de acuerdo el investigador de cannabis medicinal Rodolfo Quintero: “Al ser una sustancia psicoactiva acarrea riesgos para la salud física y mental, desde problemas respiratorios cuando se usa a través de vapeadores, hasta ansiedad, especialmente si su consumo comienza en edades muy tempranas, entre los 13 y los 16 años, pues se trata de personas cuyo cerebro aún se encuentra en desarrollo”.
Esto, sin tener en cuenta que el consumo diario de esta sustancia puede generar deterioro cognitivo y afectar áreas del cerebro relacionadas con la atención y la memoria. Además, explica, el consumo regular de marihuana está asociado con un mayor riesgo de problemas mentales graves que incluyen depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, trastornos de la personalidad y hasta psicosis. “Sin embargo, la ciencia aún no se pone de acuerdo sobre si la marihuana causa estos problemas o si es una respuesta a ellos”, agrega Quintero.
El especialista hace énfasis en los efectos del cannabis cuando su consumo se hace todas las noches: “Hay estudios que evidencian que el THC, que es el componente psicoactivo, relacionado con la percepción y la alteración del ánimo, y que es el más importante y abundante en las variedades de la planta de cannabis, bloquea el REM, un tipo de sueño que se caracteriza por movimientos oculares rápidos, sueño paradójico o sueño desincronizado”.
Por eso, asegura Quintero, “cuando se deja de consumir marihuana hay un rebote muy importante del sueño REM con sueños y pesadillas muy vívidas. Es un mecanismo similar al de las personas que intentan dejar el consumo de alcohol o como parte incluso del síndrome de abstinencia”.En los adolescentes, los riesgos del consumo diario de la marihuana podrían ser incluso más profundos al tratarse de una edad que coincide con la etapa escolar.
De acuerdo con la psicóloga clínica Amparo Ruiz Zamorano, esta sustancia en cantidades no controladas pueden acarrear dificultades para pensar y resolver problemas, dificultades con la memoria y el aprendizaje, coordinación reducida, dificultad para mantener la atención e incluso problemas en los entornos escolares y en la vida social.
A esto se agrega, según la doctora Ruiz, que el consumo de marihuana desde la adolescencia está asociado “con una variedad de problemas de salud mental, como la depresión y la ansiedad social. Los jóvenes que consumen marihuana tienen más probabilidades de presentar, por ejemplo, psicosis temporal, es decir, no saber qué es real, así como alucinaciones y paranoia”, dice.
También, agrega, están expuestos a trastornos mentales de larga duración, que incluyen esquizofrenia, que es un tipo de enfermedad mental en la que la persona podría ver o escuchar ruidos y cosas que no existen.
Es más, explica que la asociación entre la marihuana y la esquizofrenia es más fuerte en las personas que comienzan a consumir marihuana a una edad más temprana y las que consumen marihuana con más frecuencia.
De ahí que, según la especialista, genera muchas dudas la argumentación entregada por la congresista Susana Boreal en el sentido de que su consumo de marihuana forma parte de un tratamiento del trastorno del espectro autista que padece.
Potencial de adicción
De acuerdo con el doctor Quintero, aproximadamente tres de cada diez personas que consumen esta sustancia psicoactiva tienen trastorno por consumo de marihuana. “Algunos de los signos y síntomas de dicho trastorno incluyen intentar dejar de consumir marihuana, pero no lograrlo o renunciar a actividades importantes con amigos y familiares por preferir consumir marihuana, en los casos más extremos”, asegura el experto. Y reiteró que el riesgo de presentar trastorno es mayor en las personas que comienzan a consumirla durante la juventud o la adolescencia.
En todo caso, señala el experto, “su consumo, si se da como parte de un tratamiento médico, debe tener un acompañamiento médico, en ningún caso se debe autorecetar siguiendo la experiencia de otros. No todos los organismos reaccionan igual”.
Algunos beneficios
Alrededor de 147 millones de personas en el mundo, el 2,5 por ciento de la población mundial, consumen cannabis, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El organismo internacional reconoce que, pese a los múltiples y comprobados riesgos que su consumo excesivo genera en el organismo, se destacan algunos beneficios de productos derivados del cannabis: “Se ha demostrado su eficacia como inhibidores de náuseas y vómitos asociados a pacientes con cáncer, para ciertos casos de esclerosis múltiple, como inhibidores del dolor y para aumentar el apetito y la resistencia al síndrome de desgaste (pérdida de peso en pacientes con cáncer o sida, por ejemplo). Y también tiene efectos para inhibir convulsiones en la epilepsia pediátrica”, indica la OMS.
Igualmente, la ONU, en diciembre de 2020, dio vía libre para facilitar la investigación del uso medicinal del cannabis al reconocer las propiedades terapéuticas de esta planta y su resina, por lo que la retiró de la lista IV de la Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, un espacio reservado para las sustancias más perjudiciales y sin potencial médico reconocido.
Sin embargo, en la práctica, esto no cambia nada a corto plazo y el consumo recreativo seguirá siendo debatido en cada país, pues la planta se mantiene en el listado de drogas con alto potencial adictivo, según la propia ONU.
De ahí que tanto el doctor Quintero como la psicóloga Ruiz enfaticen en que sus consumidores habituales deben tener presente que las investigaciones sobre las bondades de esta planta aún no son concluyentes y que lo único claro, por ahora, es que son más los riesgos que los beneficios.