La neumoconiosis del minero de carbón (NMC), conocida como la enfermedad del pulmón negro, es una patología que resulta como consecuencia de la inhalación del polvo de carbón mineral o artificial, o de grafito durante un período prolongado.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, se presenta de dos formas: simple y complicada. A esta última se le llama fibrosis masiva progresiva (FMP).
Según los expertos, el riesgo de presentar NMC depende del tiempo que la persona haya estado cerca del polvo del carbón. La mayoría de pacientes con esta enfermedad tienen más de 50 años. El tabaquismo no aumenta el riesgo de presentar esta enfermedad, pero puede tener un efecto dañino adicional sobre los pulmones.
Los principales síntomas de este padecimiento son tos, silbidos, dificultad para respirar y mucosidad negra.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, aseguran que los trabajadores con la manera simple de la enfermedad tienen mayor riesgo de presentar fibrosis masiva progresiva más adelante. En este caso, además de tener dificultad para respirar, es posible que presenten los labios y las uñas de un tinte azul, retengan líquido en los pulmones y se evidencien signos de insuficiencia cardíaca, como arritmias o agrandamiento del lado derecho del corazón.
¿Por qué se presenta la enfermedad?
La mencionada institución asegura que la enfermedad se registra por la inhalación de polvos respirables, que son partículas de un tamaño de menos de diez micrones; es decir, que son lo suficientemente pequeñas para que entren al cuerpo y permanezcan en los pulmones sin que las personas puedan detectarlo.
Los especialistas aseguran que la exposición al polvo respirable es una amenaza grave para la salud de los trabajadores de muchos sectores. En la minería de carbón, la sobrexposición a este material ocasiona esta enfermedad que puede ser discapacitante y mortal en su forma más grave.
“Los mineros pueden, además, exponerse a altos niveles de polvo respirable de sílice, que puede causar silicosis, que es otra enfermedad de los pulmones discapacitante y potencialmente mortal. Una vez que una persona contrae una de estas dos enfermedades, no hay cura. La meta, por lo tanto, es limitar la exposición de los trabajadores al polvo respirable para prevenir estas enfermedades”, precisan los CDC.
Graves riesgos
La exposición a este polvo puede generar diversos inconvenientes de salud. Según dicen los especialistas, su inhalación puede bloquear la entrada y salida de aire de los pulmones y causar enfermedades relacionadas con las vías respiratorias, tales como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (epoc), bronquitis crónica, enfisema y enfermedad de las vías respiratorias relacionadas con el polvo mineral.
Es tan complejo el tema que cuando el polvo del carbón inhalado se queda adentro de los pulmones durante un tiempo, se puede dañar o destruir el tejido pulmonar, lo cual causa cicatrices en estos órganos que son las que derivan en la neumoconiosis de los mineros de carbón y la silicosis.
Los CDC aseguran que estos dos padecimientos se pueden detectar a través de radiografías y normalmente presentan parámetros similares. Inicialmente, las personas no muestran síntomas físicos, pero cuando la enfermedad avanza se presenta la denomina fibrosis masiva progresiva (PMF), se producen depósitos fibrosos de tejido en partes más extensas de los pulmones. Los pulmones se endurecen y pierden la capacidad de expandirse completamente y esto es lo que hace que se dificulte la respiración.
Los expertos aseguran que normalmente toma más de diez años de exposición al polvo de carbón respirable de las minas para que se produzca la enfermedad del pulmón negro. Al inicio, los trabajadores no presentan ningún síntoma físico, pero a medida que la enfermedad evoluciona, las señales irán apareciendo.