La menopausia es el momento que marca el final de los ciclos menstruales y se diagnostica después de que transcurren 12 meses sin que una mujer tenga un periodo menstrual; esto puede producirse entre los 40 y 50 años, de acuerdo con Mayo Clinic.

Además, los cambios y los síntomas pueden empezar varios años antes e incluyen:

  • Calores y/o sudoración nocturna.
  • Dificultad para dormir.
  • Sequedad vaginal.
  • Cambios de humor.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Menos cabello y más vello facial.

La menopausia puede deberse al deterioro natural de las hormonas reproductivas, a una cirugía para extirpar los ovarios (ooforectomía), a una quimioterapia y radioterapia o a insuficiencia ovárica primaria.

Por su parte, la menopausia no requiere ningún tratamiento médico. En cambio, los tratamientos se enfocan en aliviar los signos o síntomas y en prevenir o manejar los trastornos crónicos que pueden producirse con el envejecimiento. Estos son algunos de los tratamientos, según la entidad sin ánimo de lucro:

  • Terapia hormonal. La terapia con estrógeno es la opción de tratamiento más eficaz para aliviar los sofocos menopáusicos. Según los antecedentes médicos personales y familiares, el médico puede recomendar estrógeno en la dosis más baja y durante el periodo más corto necesario para aliviar los síntomas. Si todavía hay útero, se necesitará progesterona además de estrógeno. El estrógeno también ayuda a prevenir la disminución de la masa ósea. La terapia hormonal durante periodos prolongados puede presentar algunos riesgos cardiovasculares y de cáncer de mama, pero comenzar con las hormonas en la época de la menopausia ha demostrado producir beneficios para algunas mujeres.
  • Antidepresivos en dosis bajas. Ciertos antidepresivos relacionados con la clase de medicamentos llamados inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden disminuir los sofocos menopáusicos. Un antidepresivo en dosis bajas para controlar los sofocos puede ser útil para las mujeres que no pueden tomar estrógeno por razones de salud o que necesitan un antidepresivo para un trastorno del estado de ánimo.
  • Gabapentina. La gabapentina está aprobada para el tratamiento de las convulsiones, pero también se ha demostrado que ayuda a reducir los sofocos. Este medicamento es útil en mujeres que no pueden hacer terapia con estrógeno y en aquellas que tienen sofocos nocturnos.
  • Clonidina. La clonidina, una píldora o parche que se usa típicamente para tratar la presión arterial alta, podría proporcionar algún alivio de los sofocos.

Sobre la misma línea, algunas recomendaciones para ayudar a reducir o prevenir sus efectos son: dormir lo suficiente, evitar la cafeína, identificar qué es lo que desencadena los sofocos, fortalecer el piso pélvico, consumir variedad de frutas, verduras y cereales integrales, limitar el consumo de grasas saturadas, aceites y azúcares, no fumar y hacer ejercicio con frecuencia.

De todos modos, antes de consumir algún medicamento o iniciar un tratamiento lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guie el proceso e indique que es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones son tratamientos recomendados por Mayo Clinic, pero no son los indicados para todas las personas.