Una amenaza de aborto se refiere a la situación en la que una mujer embarazada experimenta un sangrado vaginal, generalmente de cantidad reducida, durante las primeras 20 semanas de gestación. Este sangrado suele ir acompañado de dolor en la espalda y la parte baja del abdomen.
En la mayoría de los casos, el sangrado se detiene por sí solo y el embarazo continúa sin complicaciones. Sin embargo, en ocasiones, esta amenaza puede evolucionar hacia un aborto espontáneo.
Los abortos espontáneos suelen ocurrir cuando el embarazo no se desarrolla normalmente desde el principio. Es importante que las mujeres que experimentan síntomas de amenaza de aborto se comuniquen con su proveedor de atención médica para recibir orientación y seguimiento adecuados.
Entre los síntomas de la pérdida del embarazo se pueden encontrar los siguientes:
- Sangrado vaginal.
- Dolor o calambres en el área baja del estómago (abdomen).
- Dolor de espalda baja.
- Fluido, tejido o material en forma de coágulo que sale de la vagina.
De acuerdo con el Instituto Nacional de la Salud infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver, “la presencia de sangrado vaginal durante el embarazo no siempre significa que se está experimentando un aborto involuntario. Muchas mujeres embarazadas pueden experimentar pérdidas de sangre y calambres en las primeras etapas del embarazo, sin que esto indique necesariamente un aborto involuntario”. En algunos casos, los proveedores de atención médica pueden describir la situación como un embarazo “amenazado”. A pesar de esto, las mujeres embarazadas que presenten cualquiera de los síntomas asociados con un aborto involuntario deben comunicarse de inmediato con su proveedor de atención médica para recibir orientación y cuidados adecuados.
Algunas mujeres no experimentan ninguno de los síntomas de la pérdida del embarazo.
Las mujeres que tienen los siguientes síntomas más de 24 horas después deben llamar a urgencias:
- Fiebre mayor a 100.4 grados Fahrenheit en más de dos ocasiones.
- Dolor grave en el abdomen inferior.
- Secreción con sangre desde la vagina (que puede incluir pus y oler mal).
Los estudios recientes han revelado que las náuseas matutinas, que incluyen náuseas y vómitos durante el embarazo, están asociadas a un menor riesgo de aborto involuntario. Los investigadores del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (NICHD) continúan investigando otros factores que podrían indicar una disminución en el riesgo de pérdida del embarazo.
¿Cómo se diagnostica la amenaza de aborto?
Ante la presencia de sangrado vaginal durante el embarazo, es crucial buscar atención médica de inmediato. En el centro de salud, se llevará a cabo una evaluación física para determinar la cantidad de sangrado y verificar el estado del cuello del útero. En este contexto, el cuello del útero debe estar cerrado y el tamaño del útero debe ser adecuado para la etapa del embarazo. Además, se realizarán pruebas como un doppler y una ecografía (ya sea abdominal o vaginal) para confirmar la viabilidad del embarazo y verificar si el embrión o feto está vivo.
En caso de dudas, se pueden realizar análisis de sangre para medir los niveles de hormona gonadotropina coriónica (β-hCG) y determinar la continuidad del embarazo. Estas medidas ayudan a los médicos a evaluar la situación y tomar decisiones informadas sobre la gestión del embarazo.
Prevención de los abortos espontáneos
Por lo general, los abortos espontáneos no pueden prevenirse, ya que suelen estar relacionados con complicaciones en el desarrollo normal del embarazo. Sin embargo, para reducir las posibilidades de enfrentar una amenaza de aborto, se aconseja evitar el tabaquismo, el consumo de alcohol y cafeína, así como protegerse contra golpes en el abdomen durante el embarazo.
Además, es esencial llevar un estilo de vida saludable antes y durante la gestación, recibir atención prenatal completa y abordar cualquier problema de salud existente antes de quedar embarazada. Problemas de salud no controlados como la diabetes mellitus, la obesidad, ciertas infecciones y fiebre pueden aumentar el riesgo de abortos espontáneos, por lo que es importante tomar medidas preventivas para asegurar un embarazo saludable.