Las infecciones de transmisión sexual son más comunes de lo esperado y siempre están presentes en la población, en especial en la población joven. Por lo tanto, la prevención prematura es fundamental a la hora de hacerle frente a esta patología que influye en la salubridad pública.
Con lo que respecta a Colombia y tomando en cuenta la información del Ministerio de Salud, se estipula que una de cada cinco personas tienen una infección de este tipo. Desde el punto de vista global, la Organización Mundial de la Salud (OMS) expone que en América hay aproximadamente 38 millones de personas con esta enfermedad; siendo aún más preocupante que la población de riesgo corresponde a las personas de 15 a 49 años.
Los expertos de Mayo Clinic explican que el VIH es un síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) que puede poner en riesgo la vida provocada por el virus con el mismo nombre. Cuando el microorganismo ingresa al organismo, se encarga de dañar el sistema inmunitario y así darle libre entrada a otras infecciones y enfermedades.
Respecto a su contagio, los expertos apuntan que la infección se propaga mediante la transmisión sexual. Sin embargo, cabe la posibilidad que se presente el contagio por el contacto con sangre infectada o inyecciones provenientes de narcóticos. Compartir agujas también es un foco de contagio para la enfermedad.
Actualmente, no existe una cura para el VIH; en cambio, existen ciertos medicamentos que ayudan a controlar la infección y así evitar su propagación alrededor del organismo. Los tratamientos suelen ser un grandes aliados, por el hecho que cuentan con eficacia a la hora de reducir las muertes por SIDA.
Ahora bien, ¿es posible detectar a tiempo la infección antes que se extienda por todo el sistema inmunitario? Los expertos señalan que sí se puede. El desarrollo de la enfermedad es similar a la gripa, por lo que ocurre en un lapso de dos a cuatro semanas después que el virus ingresó con éxito al organismo.
Los signos de alarma en cuestión son: fiebre, dolor de cabeza, dolencias musculares, presencia de erupciones, dolor de garganta, aparición de llagas en la boca, ganglios linfáticos inflamados en el cuello, diarrea, pérdida irregular de peso, tos y sudores nocturnos.
Cabe mencionar que la ley no es igual para todos los pacientes, dado que puede que después de las cuatro semanas, la infección no haya generado nada en el organismo. Los expertos apuntan a que los síntomas son volátiles; tanto así que pueden presentarse hasta una década después.
Sea cual sea el momento por el cual se exterioricen los síntomas, es fundamental notificarlo ante un especialista de salud.
Las personas sintomáticas pueden experimentar síntomas parecidos a los de la gripe entre dos y cuatro semanas después de contraer el virus, y si la infección no se trata en absoluto puede derivar en SIDA.
Cuando aquella sintomatología ocurre a la par, ya sea de una forma leve, es probable que provengan del ingreso de la enfermedad. En un principio, el VIH es diagnosticado como infección primaria, pero si se deja pasar el tiempo, la enfermedad puede pasar a ser crónica.
En ese orden de ideas, tomar en cuenta los primeros síntomas es clave para iniciar un tratamiento. Del mismo modo, el Ministerio de Salud sugiere realizarse pruebas de diagnóstico rápido de forma regular. Estos procedimientos brindan una prevención mayor en lo que corresponde a la propagación de la enfermedad.
La detección temprana de la infección puede cambiar completamente el desarrollo de la misma, lo cual le ayuda a los especialistas de salud actuar con mayores herramientas y con tiempo para dar el mejor tratamiento.