Se conoce como superalimento aquella comida que proporciona varios beneficios a la salud, pues previenen enfermedades gracias a los nutrientes esenciales que contienen.
Así las cosas, la consultora Infinitia reveló que los superalimentos más saludables son:
1. Probióticos: Los probióticos se encuentran en alimentos como el yogur, el chucrut, el tempeh, el kimchi, el kéfir, las aceitunas y encurtidos, entre otros. Sin embargo, también hay medicamentos con probióticos.
2. Frutos rojos: Son una buena fuente de vitamina B, vitamina C, folatos, fibra y flavonoides.
3. Semillas de chía: Las semillas de chía tienen en su composición omega-3, antioxidantes, calcio, proteínas, fibras, vitaminas y minerales.
4. Azaí: También conocido como acai, asaí o açaí, es considerado un superalimento por ser una fuente calórica rica en carbohidratos, grasas y proteínas.
5. Aguacate: Esta fruta, si se consume de manera adecuada con un buen plan alimenticio, otorga vitaminas como la A, C, E y B1, y minerales como el calcio, el hierro, el magnesio y el zinc.
6. Frutos secos: Son alimentos ricos principalmente en grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas, y reciben su nombre por el hecho de que contienen poca agua en su composición. Además, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde reveló que aportan grasas buenas, fibra, proteínas, vitaminas del grupo B y minerales como el selenio, el magnesio y el zinc.
7. Pescados azules: Son ricos en ácidos grasos omega-3.
8. Algas marinas: Son excelente fuente de vitaminas A, B1, B12, C, D y E, así como riboflavina, niacina, ácido pantoténico y ácido fólico.
De todos modos, para obtener los beneficios de los superalimentos es importante tener una dieta sana que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), incluye:
- Frutas, verduras, legumbres (tales como lentejas y alubias), frutos secos y cereales integrales (por ejemplo, maíz, mijo, avena, trigo o arroz moreno no procesados).
- Al menos 400 gramos (o sea, cinco porciones) de frutas y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca y otros tubérculos feculentos.
- Menos del 10 % de la ingesta calórica total de azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12 cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un peso corporal saludable que consuma aproximadamente 2.000 calorías al día, aunque para obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería un consumo inferior al 5 % de la ingesta calórica total. Los azúcares libres son todos aquellos que los fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los alimentos o las bebidas, así como los azúcares naturalmente presentes en la miel, los jarabes y los zumos y concentrados de frutas.
- Menos del 30 % de la ingesta calórica diaria procedente de grasas. Las no saturadas (presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son preferibles a las saturadas (presentes en la carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y la manteca de cerdo). Y las grasas trans de todos los tipos, en particular las producidas industrialmente (presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas, pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables) y de rumiantes (presentes en la carne y los productos lácteos de rumiantes como vacas, ovejas, cabras y camellos). La OMS sugirió reducir la ingesta de grasas saturadas a menos del 10 % de la ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos del 1 %. En particular, las grasas trans producidas industrialmente no forman parte de una dieta saludable y se deberían evitar.
De todos modos, la información proporcionada en este artículo de ninguna manera sustituye la asesoría médica. Y, por ello, lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.