Sin agua el cuerpo humano no funciona óptimamente y la persona puede morir en pocos días. “El agua es el componente químico principal del cuerpo y representa aproximadamente del 50 % al 70 % del peso corporal, ya que células, tejidos y órganos del cuerpo requieren de este elemento para sobrevivir”, explica Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles del Ministerio de Salud de Colombia.

Muchas personas siguen la creencia popular de tomar ocho vasos de agua al día. Sin embargo, es importante saber que no hay una cantidad exacta para todas las personas; esto depende de las necesidades individuales, el peso, edad, actividad que realiza y condición de salud.

Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señala algunas de las acciones que son posibles gracias a este líquido:

  • Eliminar los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones.
  • Mantener la temperatura corporal en rangos normales.
  • Lubricar y amortiguar las articulaciones.
  • Brindar protección a los tejidos sensibles.

Se debe tener en cuenta que en la rutina diaria se pierde agua a través de la respiración, la orina, el sudor y las deposiciones. Esta pérdida debe reponerse con la ingesta de productos y alimentos que contengan agua.

Las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos señalan un aproximado sobre la cantidad diaria de ingesta de líquidos para las personas, según su sexo: alrededor de 3,7 litros para los hombres y de 2,7 litros para las mujeres.

En caso de querer conocer la cantidad de líquidos necesaria específicamente, según la condición de salud de cada individuo, se puede consultar a un médico y recibir la asesoría profesional adecuada.

Mayo Clinic explica varios factores que se deben tener en cuenta para la ingesta total de líquidos diaria:

  1. Ejercicio: si se realiza actividad física, se debe ingerir agua antes durante y después.
  1. Clima: la temporada y el clima donde se vive es fundamental, debido a que el clima cálido hace sudar más y se necesita de una mayor hidratación.
  1. Embarazo y lactancia: puede que la mujer necesite más líquidos para no deshidratarse.

Deshidratación

La deshidratación ocurre cuando el organismo tiene una pérdida de agua y sales minerales, y estas no son repuestas. Esto puede suceder por el calor y el entrenamiento físico intenso. Algunas afecciones como vómitos, orinar demasiado o diarrea también pueden provocarla.

De acuerdo con la entidad de salud Sanitas, la deshidratación puede causar dolores de cabeza y disminución de la presión sanguínea. “Si no se da tratamiento pueden aparecer delirios, inconsciencia y, en casos extremos, la muerte”.

Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, menciona los síntomas que pueden indicar una deshidratación leve o moderada:

  • Boca seca o pegajosa.
  • No orinar mucho.
  • Orina amarilla oscura.
  • Piel seca y fría.
  • Dolor de cabeza.
  • Calambres musculares

Deshidratación grave

  • No orinar u orina amarilla muy oscura o de color ámbar.
  • Piel seca y arrugada.
  • Irritabilidad o confusión.
  • Mareos o aturdimiento.
  • Latidos cardíacos rápidos.
  • Ojos hundidos.
  • Apatía.
  • Shock (flujo sanguíneo insuficiente a través del cuerpo).
  • Inconsciencia o delirio.

Las altas temperaturas contribuyen a la deshidratación. Es importante prestar atención especial a los ancianos, niños y personas que tengan insuficiencia cardíaca. “Además, estas personas no suelen manifestar sus síntomas hasta que el proceso está muy desarrollado, lo que agrava su estado. Una buena hidratación en el anciano mejora las funciones cardiovasculares y renales, previene el estreñimiento, y favorece a la salud mental y la tonicidad muscular”, explica Alfonso Varela Román, secretario general de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).