Cada vez que se habla sobre alimentación saludable el foco siempre se pone en los carbohidratos y los azúcares, elemento que usualmente se consumen en exceso y se tienen que controlar para el debido funcionamiento del cuerpo, sin embargo, hay un protagonista que muchos hacen a un lado y termina siendo el eje central de toda dieta, pues gracias a él es que se puede fortalecer el organismo de manera holística.

Las proteínas son un macronutriente encargado de ayudar a la construcción de músculos, tejidos, anticuerpos, enzimas, sangre y una infinidad de elementos del cuerpo, por ende, el organismo necesita de grandes cantidades de este elemento para mantener un estado saludable óptimo y la alimentación es la única forma de lograr el porcentaje necesario para tener una buena salud.

Según indica la Organización Mundial de la salud, se deben consumir 0.8g de proteína por cada kilo de peso que tiene la persona, haciendo la salvedad que este ser debe ser adulto y tener una condición sana, sin ningún tipo de condición adicional que pueda ser una causa de restricción alimentaria.

Las proteínas pueden venir de los animales o de vegetales por igual.

Por eso, el caso empieza a tener que ser individualizado a cada persona y sus propósitos de vida particulares, pues generalizar una fórmula sabiendo que cada organismo es único y están envuelto en un sistema sociocultural determinado, todo cambia. “La dosis diaria recomendada es la cantidad de un nutriente que precisa para satisfacer sus necesidades nutricionales básicas, es decir, la cantidad mínima que requiere para no enfermarse, no la cantidad específica que se supone que debería comer todos los días”, declara el editor ejecutivo de la revista Harvard Men’s Health Watch Daniel Pendick.

Esto lleva a entender la ingesta de proteína más allá de la cifra que da la OMS, pues según la teoría de Pendick, los 0.8g por kilo pesado solamente representaría el 10 % de las calorías diarias que se consumen aproximadamente, tal como lo mencionan los cálculos e informes que publicó The American Journal of Clinical Nutrition.

Proteínas - carne - huevos - pescado | Foto: Getty Images

Por otro lado, el diario El Clarín informa que las personas suelen consumir el 16 % de sus calorías diarias en forma de proteína, un valor mucho mayor al indicado por la OMS, pero que en realidad no genera efectos negativos en la salud, todo lo contrario, es un buen índice para ayudar al cuerpo con la regeneración de sus elementos.

“Consumir hasta el doble de la dosis diaria recomendada de proteína es un rango seguro y bueno al que aspirar… Los beneficios potenciales de una mayor ingesta diaria de proteínas incluyen la preservación de la fuerza muscular a pesar del envejecimiento, el mantenimiento de un físico magro y la mayor quema de grasas”, añade Pendick, lo que deja a entender que consumir proteínas que representen entre el 10 y el 15 % de las calorías diarias sería lo ideal.

Además, si se tiene en cuenta que la persona puede hacer actividad física constante y que puede estar adherida a cierto estilo de vida de alto rendimiento, la ingesta de proteína debería ser mayor, sin embargo, de forma global a todos los resultados que han arrojado los expertos y las publicaciones, no se recomienda exceder los 2g de proteína por kilogramo de peso.

El salmón es una proteína que tiene Omega 3, hierro, varios tipos de vitamina B. Estos compuestos mejoran la memoria, el razonamiento y la capacidad de concentración. Foto: Pantherstock

Ahora, las proteínas pueden provenir por parte animal o vegetal. Las más conocidas son las que proveen carnes como la res, el cerdo y el pollo, dejando claro que dichos cortes deben ser preparados de forma saludable para poder mantener el mayor porcentaje de componentes proteicos, pues de añadirles grasas o elementos perjudiciales, se estaría consumiendo la proteína, pero con un alto grado grasas y carbohidratos que no ayudan al cuerpo y lo descompensan.

También es importante mencionar que aquellas personas que consumen proteína en exceso pueden estar propensos a sufrir de cálculos renales. Además, si esta viene de la carne roja, también pueden aparecer problemas de colon o cardiovasculares.