Los dos tipos de rayos solares que pueden ocasionar daños en la piel son los ultravioleta A (UVA) y los ultravioleta B (UVB). Los rayos UVA afectan las capas profundas de la piel, mientras que los segundos dañan las capas externas y generan quemaduras, de acuerdo con MedlinePlus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Por tal razón, la mejor manera de disminuir el riesgo de cambios cutáneos es proteger la piel del sol y por ello la biblioteca recomendó:
- Filtro solar con etiqueta de factor de protección solar (SPF, por sus siglas en inglés) de 30 o más. Este número indica qué tan bien protege el producto la piel contra el daño de los rayos UVB.
- Aquellos que son resistentes al agua, incluso si las actividades diarias no incluyen la natación, ya que este tipo de bloqueador solar permanece en la piel por más tiempo cuando está mojada.
Adicional, recomendó evitar productos que combinen bloqueador solar y repelente de insectos, y si la piel es sensible a los químicos en los productos de protección solar, se puede escoger un bloqueador solar mineral como el óxido de zinc o dióxido de titanio.
Dicho lo anterior, las recomendaciones para aplicar el bloqueador son las siguientes:
1. Usarlo todos los días cuando se esté al aire libre, incluso por un corto tiempo.
2. Aplicarlo 30 minutos antes de salir al aire libre para obtener mejores resultados. Esto le da tiempo al bloqueador para que la piel lo absorba.
3. Usar bloqueador solar durante el invierno.
4. Aplicar una cantidad grande en todas las zonas expuestas. Esto incluye cara, nariz, orejas y hombros. “un truco orientativo para saber cuánto producto echarse es usar el equivalente al contenido de un vaso de chupito o de dos cucharadas (unos 30 ml) para toda la piel que se vaya a exponer al sol”, según la marca de dermocosmética Isdin.
5. Seguir las instrucciones del empaque sobre cada cuánto debe reaplicarlo. Normalmente esto se debe hacer al menos cada dos horas.
6. Volver a aplicarlo después de nadar o sudar.
7. Utilizar un bálsamo labial con filtro solar.
Por su parte, la especialista en cosmética, nutrición y dietas Rocío Escalante le señaló al medio español Vozpópuli que la piel tiene varios cuidados específicos para que luzca brillante y saludable:
1. Utilizar productos adecuados. Hay que saber cuál es el tipo de piel de cada persona.
2. Realizar limpieza facial. Es necesaria para el cuidado de la piel, ya que con esto se eliminan impurezas del rostro y este proceso se debe realizar en las mañanas y en las noches.
3. Tener constancia. La única forma de ver resultados es siendo constantes.
4. Hidratarse. La piel seca arruga las células turgentes de la piel, lo que puede provocar líneas delgadas y arrugas prematuras. La hidratación atrapa el agua en la piel, lo que ayuda a enmascarar las pequeñas líneas y pliegues.
5. Seguir el orden adecuado de los productos. Por ejemplo, se inicia con la limpieza, después va el tónico, el contorno de ojos, el sérum, la crema hidratante, la protección solar y, por último, el maquillaje.
6. No fumar. Aunque se haya fumado durante años o se fume mucho, dejarlo puede mejorar el tono y la textura de la piel, así como prevenir las arrugas.
7. Seguir una dieta saludable. Existen algunas pruebas de que ciertas vitaminas en la dieta ayudan a proteger la piel. Se necesita estudiar más el rol de la nutrición, pero es bueno consumir muchas frutas y vegetales, según la entidad sin ánimo de lucro.
Asimismo, otra recomendación de los expertos para prevenir y reducir las arrugas es aumentar la producción de colágeno, pues esta es una de las sustancias más importantes para el cuerpo, ya que se trata de una proteína estructural que permanece en el cuerpo humano en grandes cantidades debido a que contribuye al buen funcionamiento de huesos, dientes, músculos, piel, articulaciones y algunos tejidos conectivos.