Dejar de fumar reduce el riesgo de diabetes, fomenta un mejor funcionamiento de los vasos sanguíneos y contribuye a la función cardíaca y pulmonar. Estos deberían ser motivos suficientes para saber que nunca es tarde para abandonar el consumo del tabaco. Cuanto más temprano se deje, menores serán las probabilidades de llegar a tener cáncer y otras enfermedades.
Cabe resaltar que el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en todo el mundo. Las personas que fuman tienen el mayor riesgo de presentar cáncer de pulmón, aunque el cáncer de pulmón también puede ocurrir en personas que nunca han fumado. Este puede aumentar con la cantidad de cigarrillos y la cantidad de tiempo que la persona haya fumado, según MedlinePlus.
La expectativa de vida para los fumadores es al menos 10 años menor que la de los no fumadores. Dejar de fumar antes de los 40 años reduce en alrededor del 90 % el riesgo de morir de una enfermedad relacionada con el hábito de fumar, según el portal Cancer.Org.
El cuerpo empieza a recuperarse a partir de minutos de haber fumado su último cigarrillo, según el portal American Cancer Society:
20 minutos después de abandonar el hábito
- El ritmo cardíaco y la presión sanguínea bajan.
12 horas después de abandonar el hábito
- El nivel de monóxido de carbono en sangre baja al nivel normal.
De 2 semanas a 3 meses después de abandonar el hábito
- La circulación mejora y la función pulmonar aumenta.
De 1 a 9 meses después de abandonar el hábito
- Disminuyen la tos y la dificultad para respirar. Las estructuras parecidas a vellos pequeños que eliminan el moco de los pulmones (los cilios) empiezan a recuperar su función normal en los pulmones, lo que aumenta la capacidad para controlar las mucosidades, limpiar los pulmones y reducir el riesgo de las infecciones.
1 año después de abandonar el hábito
5 años después de abandonar el hábito
- El riesgo de cáncer de vejiga, boca, garganta y esófago se reduce a la mitad. El riesgo de cáncer de cuello uterino se reduce al nivel de riesgo de una mujer no fumadora.
- El riesgo de accidentes cerebrovasculares (derrames cerebrales) puede reducirse al nivel de una persona no fumadora después de 2 a 5 años.
10 años después de abandonar el hábito
- El riesgo de morir por cáncer de pulmón es aproximadamente la mitad al de una persona que aún fuma. Disminuye el riesgo de cáncer de laringe (caja sonora de la voz) y de páncreas.
15 años después de abandonar el hábito
- El riesgo de sufrir una cardiopatía coronaria es igual al de una persona que no fuma.
Dejar el tabaco tiene beneficios
Dejar de fumar ofrece algunas recompensas que se notarán inmediatamente y algunas que se notarán con el paso del tiempo.
- Las actividades que usualmente el cuerpo está acostumbrado a realizar lo dejan con menos dificultad para respirar, por ejemplo, subir escaleras o alguna tarea doméstica.
- Puede permanecer en edificios que son lugares libres de humo sin tener que salir para poder fumar.
- Las comidas tienen un mejor sabor.
- El sentido del olfato vuelve a ser normal.
- El aliento, cabello y ropa huelen mejor.
- Los dientes y las uñas dejan de tener un color amarillento.