El ejercicio regular es una de las mejores cosas que se puede hacer por la salud, ya que tiene muchos beneficios, incluyendo mejorar la salud general y aptitud física, y bajar el riesgo de muchas enfermedades crónicas, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), indicó que en los niños y adolescentes, la actividad física mejora:

  • El estado físico (cardiorrespiratorio y muscular).
  • La salud cardiometabólica (tensión arterial, dislipidemia, hiperglucemia y resistencia a la insulina).
La Organización Mundial de la Salud recomienda hacer actividad física moderada todos los días. | Foto: skynesher
  • La salud ósea.
  • Los resultados cognitivos (desempeño académico y función ejecutiva).
  • La salud mental (reducción de los síntomas de depresión).
  • La reducción de la adiposidad.

En los adultos y los adultos mayores, los niveles más altos de actividad física mejoran:

  • La mortalidad por cualquier causa.
  • La mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
  • Los incidentes de hipertensión.
  • Los cánceres específicos del órgano en que se produce el incidente (vejiga, mama, colon, endometrio, adenocarcinoma esofágico y cánceres gástricos y renales).
La actividad física regular puede mejorar el estado muscular y cardiorrespiratorio. | Foto: Getty Images
  • La prevención de las caídas.
  • La salud mental (reducción de los síntomas de ansiedad y depresión).
  • La salud cognitiva.
  • El sueño.
  • También pueden mejorar la medición de la adiposidad.

En las mujeres durante el embarazo y después de este la actividad física confiere a la salud materna y fetal los siguientes beneficios:

  • Una disminución del riesgo de diabetes gestacional (por ejemplo, una reducción del riesgo del 30 %).
  • Una disminución del riesgo de un aumento excesivo de peso durante el embarazo.
  • Una disminución del riesgo de complicaciones en el parto.
Todas las personas se benefician del ejercicio, sin importar la edad, el sexo, o la capacidad física. | Foto: Getty Images
  • Una disminución del riesgo de depresión puerperal.
  • Una disminución del riesgo de complicaciones de los recién nacidos.

“La actividad física es fundamental para la salud y el bienestar, ya que puede ayudar a añadir años a la vida y vida a los años”, dijo el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Por ello, las nuevas directrices de la OMS recomiendan por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.

“La actividad física de cualquier tipo y de cualquier duración puede mejorar la salud y el bienestar, pero más es siempre mejor [...] si debes pasar mucho tiempo sentado, ya sea en el trabajo o en la escuela, debes hacer más actividad física para contrarrestar los efectos nocivos del sedentarismo”, dijo el Dr. Ruediger Krech, Director de Promoción de la Salud de la Organización Mundial de la Salud.

Entre tanto, la biblioteca puntualizó que hay muchos tipos diferentes de ejercicio como, por ejemplo:

  • Actividades aeróbicas: Aumentan la respiración, la frecuencia cardíaca, mantienen el corazón, los pulmones y el sistema circulatorio sanos y mejoran la condición física general. Por ello, alguno ejemplos incluyen caminar a paso ligero, trotar, nadar y andar en bicicleta
  • Actividad de fuerza: Estos ejercicios fortalecen los músculos y algunos ejemplos son el levantamiento de pesas y el uso de banda elásticas
  • Ejercicios de equilibrio: Estos pueden hacer más fácil caminar sobre superficies irregulares y ayudar a prevenir caídas. Por eso, para mejorar el equilibrio, se puede probar el tai chi o ejercicios como estar de pie en una pierna
  • Ejercicios de flexibilidad: Estiran los músculos y pueden ayudar a que el cuerpo permanezca relajado. De hecho, el yoga y hacer estiramientos puede hacer que se sea más flexible.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.