Las dietas restrictivas son aquellas que obligan a eliminar alimentos con el fin de reducir medidas y se les conoce también como dietas “milagro”, pero son más las consecuencias negativas que positivas.
Por ejemplo, la dieta de la piña consiste en consumir el alimento junto con una proteína por tres días en el desayuno, almuerzo y cena, y el resultado es la pérdida de hasta cinco kilos, pero esta alimentación no contiene todos los nutrientes necesarios para el organismo y puede causar problemas de salud.
Además, las dietas de una semana o días no son eficientes para bajar de peso, porque, de acuerdo con expertos en el tema, esto podría ocasionar efecto rebote (se recupera el peso perdido cuando se termina la dieta rápida). Asimismo, se puede ocasionar que la persona se estanque. Es decir, no sube ni baja de peso.
“Las personas que pierden peso rápidamente en comparación con las que lo pierden lentamente no obtienen ningún beneficio adicional para la salud y es la cantidad de peso perdido en general lo que puede tener un impacto”, señaló un estudio sobre el tema de la Universidad de York.
Asimismo, el estudio explica que es importante “buscar intervenciones que se centren en el control del peso a largo plazo y que puedan lograr una pérdida de peso sostenida en la recomendada de una a dos libras por semana”.
En consecuencia, los expertos aseguran que para ver cambios hay que hacer pequeñas modificaciones diarias en la alimentación y en el cuidado físico como el ejercicio, ya que la constancia es otro factor clave para lograr ver resultados.
Asimismo, los expertos aseguran que para perder peso es clave tener un déficit calórico que es cuando las personas consumen menos calorías que las que gasta en el día a día y, que la clave está en alimentarse de forma saludable sin necesidad de hacer dieta.
Por ejemplo, si a la persona le gusta el arroz, no es necesario retirarlo del plan de alimentación, solo hay que saber en qué cantidad consumirlo para lograr un déficit calórico.
Otra recomendación es evitar las grasas, implementar las verduras, reducir tanto los azúcares como las bebidas alcohólicas.
No obstante, hay que señalar que, la edad es un factor que tiene un rol importante al momento de bajar de peso y quemar grasa corporal, pues a medida que se envejece, el cuerpo tiene cambios hormonales y metabólicos que impide la quema de calorías con facilidad.
De igual manera, la ansiedad, el estrés o la falta de autocontrol impactan la manera en que cada cuerpo almacena o procesa la grasa.
Otro de los motivos importantes que hay que entender para tener en cuenta por qué la dificultad de bajar peso es la genética, que influye directamente con el metabolismo de las personas.
Efectos negativos de las dietas restrictivas
El blog de salud de Mapfre reveló las consecuencias fisiológicas y psicológicas de las dietas restrictivas:
Efecto rebote: se recupera el peso perdido cuando se termina la dieta rápida.
Problemas de estreñimiento: es una afección en la cual la persona podría tener menos de tres evacuaciones a la semana; las heces son duras, secas o grumosas; la evacuación de las heces resulta difícil o dolorosa, o queda una sensación de que la evacuación no fue completa.
Alteraciones hormonales: ausencia de menstruación en especial en dietas bajas en grasa.
Hipotiroidismo: es una afección en la cual la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea.
Pérdida de masa muscular y proteínas viscerales: la falta de proteína podría generar esta afección.
Bajo rendimiento intelectual y físico: sin una buena alimentación, el cuerpo y el cerebro no tienen las vitaminas y minerales para funcionar de forma adecuada.
Mala relación con la comida: miedo por consumir alimentos que han sido “satanizados”.
Desmotivación y apatía: las dietas puede producir falta de interés y adicional pueden ocasionar que se abandonen de forma rápida.
Aislamiento social: el temor de no consumir alimentos por miedo a subir de peso pueden ocasionar que se evite el relacionamiento con las personas.
Sentimientos de frustración, depresión y ansiedad: “Al llevar a cabo este tipo de dietas se produce un ciclo reiterado de pérdida de peso seguida de un posterior efecto rebote, hecho que puede llegar a ser adictivo y frustrante a la vez”, explicó Mapfre.