Los niveles elevados de colesterol en la sangre aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y ataques cardíacos, según el instituto de investigación Mayo Clinic. Esta sustancia, parecida a la grasa, se encuentra en todas las células de su cuerpo y cumple funciones importantes; pero su incremento deriva en graves afecciones.
El cuerpo necesita colesterol para formar células sanas, pero cuando este lípido se eleva es posible que se formen depósitos grasos en los vasos sanguíneos, que con el tiempo crecen y hacen que sea más difícil que fluya suficiente sangre a través de las arterias. En ocasiones esos depósitos pueden romperse y formar un coágulo que causa un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
El colesterol alto puede heredarse, aunque la mayoría de las veces suele ser el resultado de la elección de un estilo de vida poco saludable, por lo que se puede prevenir y tratar. Llevar una dieta saludable, hacer ejercicio con regularidad y dejar de fumar o beber alcohol son algunas de las alternativas para evitar que esta sustancia aumente. Estos son cuatro hábitos que ayudan a tener el colesterol bajo control.
Alimentos saludables para el corazón
La alimentación debe reducir las grasas saturadas, que se encuentran principalmente en las carnes rojas y los productos lácteos enteros; así como eliminar los ácidos grasos trans, que son muy usadas en margarinas y pasteles comprados en tiendas. Las grasas trans elevan los niveles generales de colesterol.
Mientras se reducen este tipo de productos, se debe aumentar la ingesta de alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 y fibra soluble, la cual puede reducir la absorción del colesterol en el torrente sanguíneo. Este nutriente se encuentra en alimentos tales como avena, coles de Bruselas, manzanas y peras.
Hacer ejercicio
Realizar ejercicio la mayoría de los días de la semana es clave. La actividad física moderada puede ayudar a aumentar las lipoproteínas de alta densidad, es decir, el colesterol “bueno”. Lo ideal es hacer por lo menos 30 minutos de ejercicio cinco veces a la semana o actividad aeróbica intensa durante 20 minutos tres veces a la semana.
Añadir actividad física, incluso en intervalos cortos varias veces al día, también puede ayudar. Por ejemplo, es posible realizar una caminata rápida durante la hora del almuerzo, todos los días, ir en bicicleta hasta el trabajo o practicar el deporte favorito.
Dejar de fumar
Dejar de fumar mejora el nivel de colesterol bueno. Los beneficios se producen rápidamente, según Mayo Clinic. A los 20 minutos de haber dejado de fumar, la presión arterial y la frecuencia cardíaca se recuperan del pico inducido por el cigarrillo; a los tres meses, la circulación sanguínea y la función pulmonar comienzan a mejorar y un año después de haber dejado de fumar, el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca es la mitad que el que enfrenta un fumador.
Bajar de peso
Tener algunos kilos de más, aunque sean pocos, contribuye al colesterol alto. Los cambios pequeños suman y por ello buscar maneras de incorporar más actividad a la rutina diaria, como usar las escaleras en lugar de tomar el ascensor o estacionar más lejos de la oficina, pueden ser prácticas que favorecen. Realizar más actividades de pie también ayuda.
Factores de riesgo
Varias cosas aumentan el riesgo de que una persona tenga el colesterol alto, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
- Historia familiar: El colesterol alto puede ser heredado.
- Raza: Ciertas razas pueden tener un mayor riesgo de colesterol alto. Por ejemplo, los afroamericanos suelen tener niveles más altos de colesterol Bueno (HDL) y malo (LDL) que los blancos.
- Peso: Tener sobrepeso u obesidad aumenta las posibilidades de que esta sustancia se eleve.