Según el Instituto Nacional del Cáncer, la muerte prematura se produce “antes de la edad promedio de muerte en una población determinada”.
La Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development realizó una investigación titulada SBSB Research: Social Determinants of Child Development and Mental Health, presidida por los investigadores Jing Yu, Ph.D., el Dr. Gilman. En esta afirman que la pobreza y el hacinamiento en la niñez tienen una alta incidencia en la muerte prematura en la edad adulta de una persona, debido a las experiencias traumáticas o no vividas en su niñez.
El estudio llevado a cabo por investigadores de los Institutos Nacionales de Salud y el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver aseguran que el abandono de un padre se asocia con la muerte prematura de un adulto, representado en un 50 %, mientras que, como se indicó, la pobreza y el hacinamiento son un riesgo del 41 % de muerte.
Asimismo, no se pueden omitir otros aspectos como la inestabilidad familiar y la mala calidad de vida, que influyen de gran manera en una persona cuando es adulta.
El Instituto precisa en uno de sus artículos, publicado en el 2017, que quienes son blancos y aquellos que pertenecen a un grupo de indígenas americanos han visto con menor relevancia los índices de muerte prematura, donde el cáncer es uno de los principales problemas en quienes mueren entre los 25 y 64 años de edad. Asimismo, se relacionan las enfermedades cardiacas y el VIH.
Alimentos asociados con las muertes prematuras
Si bien es cierto que mantener hábitos saludables para el bienestar del cuerpo es vital para su salud, retirar de un plan de alimentación los siguientes alimentos puede reducir las posibilidades de una muerte prematura. Es importante aclarar que no significa que las elimine, sino que las reduce.
Grasas trans
Se considera que este tipo de grasa es el más dañino para el organismo porque reduce el colesterol HDL y aumenta el LDL, mismo que se adhiere a las paredes de los vasos sanguíneos y de las arterias, impidiendo el flujo óptimo de sangre y provocando el desarrollo de enfermedades cardíacas, que según la Clínica Mayo son la mayor causa de muerte en adultos.
Por ejemplo, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos les prohibió a los fabricantes de estos alimentos añadir grasas artificiales, mismas que “se forman a través de un proceso industrial que añade hidrógeno al aceite vegetal, lo que hace que el aceite se vuelva sólido a temperatura ambiente”, menciona la institución de ciencia y salud.
Es entonces que la pizza congelada, la manteca, los fritos, la margarina, la crema de leche y alimentos horneados, entre otros, hacen parte de la lista que contienen este tipo de grasa dañina.
Además, la National Institute Health también explica que el consumo de alimentos con grasas trans es uno de los factores que más inciden en el aumento de peso, debido a que estos tienen muchas calorías y azúcares, y su valor nutritivo es bajo, ya que no tienen un gran porcentaje de fibra.
Sin embargo, muchos son los alimentos que pueden reemplazar este tipo de grasa no saludable, como el aguacate, que es un alimento rico en nutrientes y le aporta beneficios al cuerpo, gracias a sus grasas poliinsaturadas y monoinsaturadas.
No obstante, no se sugiere un alto consumo porque este tiene un efecto contraproducente para quienes quieren perder peso porque tiene un alto valor calórico. También los frutos secos pueden ser una opción al incluirlos en una dieta balanceada.