El corazón es quizás el órgano más importante del cuerpo humano. De su buen funcionamiento dependen una gran cantidad de zonas del organismo. Tiene el tamaño de un puño y está compuesto por un tejido muscular. Su principal labor es la de bombear sangre a todas las partes del cuerpo.
Sin embargo, la frecuencia cardíaca o pulso es la manera más común para examinar en qué estado se encuentra el corazón, a partir del número de veces que late por minuto y el ritmo que mantiene en dicho proceso. Pero, este puede variar en función de factores como la edad, la temperatura, la condición física y las emociones, entre otros.
Según explica el doctor Edward R. Laskowski, especialista citado por el portal médico Mayo Clinic, una frecuencia cardíaca en reposo normal para los adultos oscila entre 60 y 100 latidos por minuto.
Para mantener la frecuencia del corazón en estado normal, debe adquirir una dieta cardiaca, el cual hace énfasis en alimentos como verduras, cereales integrales, pescados grasos, entre otros. Esta nutrición son beneficiosos para la salud de este órgano.
Aunque, muchas personas evaden este tema y se limitan a consumir estos productos, por el contrario ingieren comidas que aceleran el ritmo cardiaco, logrando a que aumente el riesgo de una enfermedad del corazón, estos alimentos como lo son:
- Carne roja y procesada: es una fuente de grasas saturadas. Según algunos estudios, reemplazar la carne roja o procesada con proteína vegetal como nueces, legumbres y productos de soya; puede reducir el riesgo de una enfermedad cardiaca.
- Alimentos y bebidas endulzados con azúcar: estos contienen azúcar añadida, especialmente las gaseosas y los líquidos energizantes. Limitar las calorías por azúcares añadidas a no más del 10 % todos los días, ayudaría a una persona a mantener un pesos moderado y evitar afectaciones en el corazón.
- Alimentos procesados: Dichos productos contienen largas listas de ingredientes que son dañinas para el organismo, las cuales son: exceso de sal y de azúcar, grasas trans y saturadas, aditivos y colorantes comestibles.
- Carbohidratos refinados: estos carecen de fibra y pueden potencialmente causar un desequilibrio en el azúcar de la sangre Con el tiempo, consumir muchos carbohidratos refinados puede causar resistencia a la insulina y aumento de peso, que son factores de riesgo para la enfermedad cardiovascular.
- Alcohol: las bebidas alcohólicas deberían consumirse con moderación, ya que puede traer daños al sistema nervioso y el organismo.
- Sal: consumir en exceso la sal (sodio), puede aumentar la presión arterial y el riesgo cardiovascular. La Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, sus siglas están traducidas en inglés) indica que reducir la ingesta de sodio en 1,000 miligramos al día puede disminuir la presión arterial.
Por otra parte, la dieta cardíaca se enfoca en reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares al lograr que las personas ingieran alimentos saludables y antiinflamatorios. Los principios básicos de esta dieta son:
- Comer alimentos integrales y evitar los alimentos procesados.
- Incluir una amplia variedad de verduras y frutas.
- Limitar los productos lácteos altos en grasa.
- Comer pocas porciones de pescados grasos a la semana.
- Incluir grasas saludables, como aceite de oliva y aguacates.
- Agregar nueces, semillas y legumbres.
Por último, las personas deben tener mucho cuidado, pues una dieta poco saludable aumenta los niveles de la presión arterial, del colesterol y los triglicéridos en la sangre, lo cual incrementa el riesgo de provocar un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.