Para nadie es un secreto que un alimento como la sal es de los condimentos más consumidos a nivel general en el mundo. Con esta sustancia se puede preparar la gran mayoría de los alimentos y también se le suele agregar a algunas comidas una vez estas estén listas para consumir.
Aunque su ingesta es muy habitual, es válido recurrir a ese viejo conocido refrán popular que dice, “todo es exceso es malo”. Pues bien, así como muchos alimentos, la sal es uno de los que presentan más contra-indicaciones al momento de consumirlo.
Por ello, es de vital importancia que su ingesta sea apropiada. Para lograr esto, las comidas se pueden preparar con menores cantidades de esta sustancia y se debe evitar añadirle sal a los mismos platos justo antes de ingerirlos.
Por ejemplo, cuando una persona consume de forma desmedida sal esto genera un exceso de esta sustancia en el organismo y algunos los síntomas de esto son los siguientes:
- Tener mucha sed.
- Labios, boca o genitales secos.
- Piel seca.
- Orina de color amarillo fuerte.
- Retención de líquidos.
- Dolores de cabeza.
- Pérdida de apetito.
- Calambres musculares.
De igual manera, es necesario hacer hincapié en los efectos dañinos que tiene el consumo en exceso de sal. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) señala ante esto lo siguiente: “Una cantidad excesiva de sal en la dieta causa aproximadamente el 10% de las enfermedades cardiovasculares y se le ha vinculado con el cáncer de estomago, empeoramiento de asma, osteoporosis (huesos debilitados), cálculos renales y obesidad, ya que los alimentos salados causan sed, la que se quita consumiendo bebidas con un alto contenido de azúcar”.
Los 7 mitos de reducir el consumo de sal, según la OMS
La OMS recomienda reducir el consumo de sal, ya que, se estima que una parte de la población mundial consume al menos entre 9 y 12 gramos, una medida superior a la sugerida que puede perjudicar el organismo.
La organización señala las ideas equívocas que se encuentran en el pensamiento colectivo sobre la reducción de sal; por ejemplo:
1. “Los alimentos o productos con sal no tienen sabor”: ante esta premisa, la OMS explica que las papilas gustativas se acomodan de acuerdo a los hábitos que se tengan, es decir, se acostumbran a los alimentos bajos en sal, encontrando en ellos un sabor natural.
2. La reducción de sal es nociva para el organismo: el ente asegura que evitar 100 % el consumo de sal es imposible, porque como se mencionó anteriormente, el sodio está presente en algunos alimentos que se ingieren a diario.
3. Los adultos mayores son los únicos que deben consumir alimentos bajos en sal: cabe indicar que el consumo de sodio puede aumentar la tensión arterial, precisa.
4. Cuando uno transpira en un ambiente caluroso, se debe consumir más sal en los alimentos: la OMS señala que “el sudor contiene poca sal y, por lo tanto, no es necesario agregar más”, sin importar el clima; así mismo, aconseja beber suficiente agua.
5. “La sal marina no es ‘más buena’ que la refinada por el simple hecho de que sea natural”, indica la OMS: el sodio es el elemento que provoca afecciones en la salud, sin importar su tipo.
6. “La sal que se añade en la cocción no es la fuente principal de la ingesta de sal”, expresa la entidad. Asimismo, señala la OMS que el 80 % de sal que se consume proviene de alimentos elaborados.
7. Los alimentos que son fuente de sal son salados: la organización aconseja leer los compuestos con los que está elaborado el producto antes de consumir. Asimismo, explica que algunos alimentos que son ricos en sal no tienen un sabor salado porque se les incorpora otros ingredientes como el azúcar “para disimular el sabor”.