El Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel explica que la artritis es una inflamación de las articulaciones que tiene varios tipos, entre las que se encuentran la reumatoide, la artrosis, la gota, la reactiva, la psoriásica, entre otras.
Aunque el dolor, el enrojecimiento de la zona y la hinchazón son los síntomas más comunes, cada tipo de artritis necesita de un adecuado y respectivo tratamiento médico, por lo que es indispensable consultar con un profesional de la salud.
Por su parte, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) menciona que en la artritis, el cartílago es el que se ve más afectado porque se desgasta y provoca inflamación. Además, cabe recordar que es una parte de la articulación que la protege “y permite que esta se mueva de forma suave”.
Asimismo, MedlinePlus indica que existen más de 100 clases de artritis, pero son dos las más conocidas: la reumatoide y la artrosis.
- La artrosis: la Clínica Mayo menciona que esta enfermedad se debe al deterioro de los cartílagos que puede modificar los tejidos que conectan el hueso de la estructura muscular.
- La artritis reumatoide, en cambio, es una enfermedad autoinmunitaria, en la que el sistema inmunológico responde de manera negativa al organismo. La institución americana explica que el aparato inmune ataca el tejido que cubre las articulaciones, lo que tiene como consecuencia la hinchazón de las mismas.
Las personas que son más propensas a tener esta enfermedad son aquellas que:
- Tienen sobrepeso, porque las articulaciones deben esforzarse por la carga extra que tiene.
- El género femenino es el más propenso en la aparición de la artritis.
- También aquellos que han visto afectadas sus articulaciones con anterioridad debido a una lesión o por la práctica de algún deporte.
Cúrcuma para tratar la artritis y reducir el riesgo de Alzheimer
Un artículo publicado por Mejor con Salud, escrito por Elena Martínez y revisado por la doctora Karla Henríquez, asegura que la cúrcuma es un alimento que puede ayudar a tratar la artritis reumatoide, gracias a sus efectos antiinflamatorios.
Esto lo corrobora la Clínic Barcelona, que señala que la curcumina -uno de los componentes de la cúrcuma- es rica en polifenoles, un tipo de antioxidante que neutraliza los radicales libres, porque actúa sobre los factores que inciden en la inflamación de las articulaciones.
De ahí que la entidad puntualiza que no solo los efectos positivos de la curcumina favorecen las articulaciones, sino toda aquella enfermedad que tiene una relación con la inflamación como el Parkinson y el Alzheimer, que, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), es “la forma más común de demencia y puede contribuir al 60-70 % de los casos”, teniendo en cuenta que esta enfermedad es una de tantas que se encuentra asociada con el deterioro cognitivo; aunque se ha visto por años vinculados solo con adultos mayores, no necesariamente es así.
“Las personas con demencia pueden perderse en lugares familiares, experimentar cambios bruscos de humor, olvidar palabras sencillas y sufrir un deterioro de la memoria a corto plazo”, precisa la OPS.
Es entonces que la organización asegura que la ciencia ha dado evidencia que por lo menos 1 gramo de curcumina todos los días de 2 a 3 meses, disminuye los síntomas de osteoartritis, sin embargo, es importante consultar con un médico para incluir la infusión de cúrcuma en un plan de alimentación balanceado.
Modo de preparación del té de cúrcuma
- Hervir una taza de agua.
- Una vez haya alcanzado su punto de ebullición, bajar del fuego.
- Agregar flores de manzanilla y cúrcuma rallada o en polvo.
- Revolver.