La cúrcuma es una especia de color amarillo intenso que se utiliza en la cocina para condimentar algunos platos y que tiene diferentes propiedades y beneficios para la salud.
Su nombre científico es ‘cúrcuma longa’ y cuenta con una tradición histórica. Es una planta nativa del suroeste de la India y hay evidencia de que sus primeros usos se remontan entre los años 610 a.C. a 320 a.C. cuando fue empleada como colorante para la lana gracias a su color amarillo-naranja intenso.
Más adelante, fue adoptada por la gastronomía hindú como colorante alimentario, para darle un sabor peculiar a las comidas y por formar parte del popular curry.
“Los compuestos de la cúrcuma, llamados curcuminoides (la curcumina, la demetoxicurcumina y la bisdemetoxicurcumina), le otorgan grandes propiedades medicinales a esta especia. Sus aceites volátiles (turmerone, atlantone y zingiberene), proteínas, resinas y azúcares, también contribuyen su poder sanador. Además, para completar su perfil de ‘reina de las especias’, también contiene fibra dietética, vitaminas C, E y K, niacina, sodio, calcio, potasio, cobre, magnesio, hierro y zinc”, según el grupo Sanitas en España.
Asimismo, el grupo, explicó que gracias a la ‘curcumina’, la cúrcuma es un excelente tónico biliar. Incluso, el resto de sus componentes hepatoprotectores sirven como coadyuvantes para eliminar piedras en la vesícula biliar y favorecer el drenaje hepático. Al tener propiedades antiinflamatorias, es recomendada para personas con ictericia, cirrosis hepática y trastornos de vesícula.
Asimismo, la cúrcuma en polvo, estimula el sistema nervioso, activa el sistema inmunitario y despierta el estado de ánimo. Además, es ideal para reducir los niveles de estrés, ya que produce un aumento de serotonina.
“Por esta razón, es muy utilizada en personas con depresión estacional o emocional, así como con otros trastornos relacionados”, añade Sanitas España.
De igual forma, esta especie es ideal aliviar el malestar estomacal, ya que tiene propiedades antiinflamatorias. Además, previene la acidez, así como los trastornos digestivos en general.
“Está recomendado para personas con falta de apetito, dispepsia, gastritis o digestión lenta. Los principios activos de esta especia favorecen la producción de jugos gástricos y pancreáticos, lo que ayuda a su vez a equilibrar el pH de estos órganos”, explico el grupo de salud.
Asimismo, es recomendada para trastornos en los que exista inflamación, como trastornos menstruales, enfermedad de Crohn, enfermedades del intestino, colon irritable, colitis, artritis, síndrome del túnel carpiano, obesidad, etc.
También, es buena para evitar los gases en el intestino. Sin embargo, hay que tener en cuenta que se debe tomar la cantidad correcta, ya que su consumo excesivo es contraproducente. Por esa razón, y aunque la especia dorada apoya el sistema inmune, entre los demás beneficios ya señalados, es posible que a ciertas personas por su condición médica no les sea conveniente consumirla.
Por su parte, el rizoma de esta planta contiene, al menos, diez componentes anticancerígenos, entre los que sobresalen, la curcumina y los betacarotenos, los cuales tienen propiedades protectoras ante varios tipos de cáncer, entre los que se encuentran el cáncer de colon, de piel, de mama y el cáncer del duodeno.
Además, ayuda notablemente al organismo a resistir los efectos de los medicamentos debilitantes y de tratamientos fuertes como la quimioterapia, según Sanitas.
Otro de los beneficios de los componentes de la cúrcuma son sus propiedades cardioprotectoras, por eso, el consumirla frecuentemente trata y previene el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, pero esto no es todo, sino que también ayuda a reducir el colesterol malo y los triglicéridos.
Por tal razón, recomiendan que, además de llevar una dieta sana, se deben condimentar los alimentos con cúrcuma para así prevenir de forma natural enfermedades cardiovasculares, como los infartos.