La cutícula es una capa de la piel que se puede ver justo en el nacimiento de la uña. La función de la cutícula es proteger las uñas de una posible bacteria o infección que pueda estar contacto con las mismas.
Por lo anterior, quitar la cutícula de las uñas puede promover que estas se dañen derivado de varias enfermedades que se pueden contraer por su inexistencia.
Por ello, el Huffington Post recomienda que no se corten las cutículas, si no que corran un poco hacia atrás después de haber puesto las manos un rato en agua caliente.
Así mismo, cuando la piel de las manos está seca, es posible que la cutícula sufra agrietamientos, por lo que el portal especializado Mejor con Salud explicó cómo realizar un remedio casero que hidrate el área y prevenga la descamación, la resequedad y otras cuestiones que puedan afectar su aspecto.
Los ingredientes necesarios para hacerlo son: una cápsula de vitamina E, una cucharadita de aceite de almendras (5 gramos), y dos cucharaditas de manteca de cacao (10 gramos).
Preparación y uso:
1. Poner la manteca de cacao en un recipiente en el que sea posible derretirla a baño María.
2. Mientras se vuelve líquida la manteca de cacao, agregarle el aceite de almendras y el líquido de una cápsula de vitamina E.
3. Mezclar todo hasta que los ingredientes queden bien integrados.
4. Dejar reposar el líquido unos minutos.
5. Verterlo en un recipiente limpio y esperar a que se solidifique.
6. Hay que tomar un poco de esta especie de crema para frotarla en las manos y las cutículas.
7. Repetir la aplicación cada noche para notar los resultados.
Mejor con Salud aconseja que no se realicen grandes cantidades de este producto para que se logre aprovechar la frescura de la preparación y que los nutrientes no se desvanezcan.
Además, también es posible utilizarla antes y después de practicarse la manicura para “mantener las uñas sanas y en buen estado”.
Cabe resaltar que no solo se debe prestar una especial atención al cuidado de la piel de las manos, ya que las uñas están pintadas, cortadas, astilladas y resisten agresiones externas como el exceso de productos químicos, demasiados esmaltes y acetonas, además del calor excesivo, humedad y otras condiciones que favorecen su deterioro.
Inevitablemente, cuando hay malas prácticas, las uñas se vuelven amarillas, se vuelven más quebradizas y se rompen. Afortunadamente, existen algunos tips con los que es posible recuperarlas y limpiarlas.
El primer paso, como señala la experta en Nail Artist, Ioana Cristescu citada por Europa Press, es cortarlas. Lo más adecuado es acortarlas cuando las uñas estén secas, aunque es recomendable sumergirlas previamente en agua caliente para favorecer su exfoliación. El truco está en utilizar unos alicates especiales para uñas, ya que así se tendrá un resultado mucho más profesional.
A la hora de limar, se aconseja hacerlo suavemente, para evitar la aparición de grietas que provoquen la posterior rotura de la uña. En la medida de lo posible, deben evitarse las limas metálicas, pues son más agresivas con las uñas. La experta señala que se pueden usar limas de cristal o de fibras naturales.
Después de cortar y limar, se pueden remojar las uñas durante unos minutos en agua tibia con unas gotitas de aceite de oliva, que favorecerá que las cutículas se reblandezcan y los dedos se hidraten.
Finalmente, como se mencionó anteriormente, es recomendable no cortar las cutículas en casa, ya que su función es proteger la base de la uña y su eliminación incorrecta o demasiado excesiva puede provocar irritaciones.