Las manos y los pies se pueden hinchar a causa de una mala circulación sanguínea por el consumo excesivo de sal, permanecer mucho tiempo de pie o en la misma posición, o por falta de actividad física. Sin embargo, existen otras situaciones que pueden desencadenar esta afección.
Hoy en día, la tuberculosis sigue siendo una enfermedad contagiosa que se extiende en el mundo occidental. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la mortalidad por esta enfermedad ha disminuido desde 1990, sin embargo, en países como España se siguen registrando afectados por esta.
La transmisión de esta afección se produce por el aire, de hecho es una de las enfermedades más contagiosas en el ser humano. La bacteria, conocida como Mycobaterium tuberculosis, suele afectar el tejido pulmonar y destruirlo. Y a pesar de que sus síntomas suelen estar relacionados con los de una enfermedad respiratoria, en algunos casos se presenta en otros órganos.
Es el caso de una mujer que acudió al médico luego de presentar hinchazón en un dedo. Los expertos realizaron los debidos procedimientos para conocer la afección, sin embargo, al realizarse una biopsia del tejido del dedo, los resultados arrojaron que se trataba de la presencia de la bacteria.
Esta mujer se encontraba en tratamiento médico contra el lupus, una medicación capaz de suprimir el sistema inmune y aumentar el riesgo de contraer enfermedades infecciosas, motivo por el que la paciente pudo haber estado más expuesta.
En ese sentido, el portal Mayo Clinic señala que la bacteria puede causar muchas afecciones en zonas del organismo humano, incluyendo huesos -columna cerebral-, riñones o incluso el cerebro. Además, señaló que cuando se produce alguno de los casos mecionados, se habla de “tuberculosis extrapulmonar”, caso de la mujer afectada.
Algunos síntomas de la tuberculosis activa
- Dolor en el pecho o dolor al respirar o toser.
- Pérdida de peso involuntaria.
- Fatiga.
- Sudoraciones nocturnas.
- Escalofríos.
- Pérdida del apetito.
Sin embargo, después de exámenes los médicos distinguirán entre:
- La tuberculosis latente. Una persona está infectada de tuberculosis, pero la bacteria en el organismo está en estado inactivo y no presenta síntomas. La tuberculosis latente, también llamada tuberculosis inactiva o infección por tuberculosis, no es contagiosa. La tuberculosis latente se puede convertir en tuberculosis activa, por lo que el tratamiento es importante.
- La tuberculosis activa. También llamada enfermedad de tuberculosis, esta afección enferma y, en la mayoría de los casos, puede contagiarse a otras personas. Puede manifestarse semanas o años después de la infección por la bacteria de la tuberculosis.
La entidad sin ánimo de lucro también explicó que la tuberculosis puede afectar igualmente otras partes del cuerpo, incluidos los riñones, la columna vertebral o el cerebro.
Cuando la tuberculosis se produce fuera de los pulmones, los signos y síntomas varían de acuerdo con los órganos afectados. Por ejemplo, la tuberculosis de la columna vertebral puede provocar dolor en la espalda y la tuberculosis en los riñones puede causar sangre en la orina.
Además, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades recomiendan que las personas con un riesgo más alto de tuberculosis se hagan una prueba de detección de infección tuberculosa latente. Esta recomendación comprende a personas que:
- Son de un país donde la tuberculosis es común, como varios países de América Latina, África y Asia.
- Viven o trabajan en zonas donde la tuberculosis es común, como las cárceles o los asilos de ancianos y convalecientes.
- Trabajan en la atención médica y tratan personas con alto riesgo de tuberculosis.
- Tienen niños que están expuestos a adultos con riesgo de tuberculosis.
No obstante, también hay otros factores que pueden aumentar el riesgo de padecer la enfermedad, como por ejemplo:
- Consumo de sustancias. Las sustancias intravenosas o el consumo excesivo de alcohol debilitan el sistema inmunitario y lo hacen más vulnerable a la tuberculosis.
- Consumo de tabaco. El consumo de tabaco aumenta considerablemente el riesgo de contraer tuberculosis y morir a causa de ella.
- Trabajar en atención médica. El contacto regular con personas enfermas aumenta las probabilidades de exposición a la bacteria de la tuberculosis. Usar una mascarilla y lavarse las manos con frecuencia reduce en gran medida el riesgo.