Tener niveles bajos de calcio en el cuerpo puede resultar muy perjudicial para la salud. Cuando hay deficiencia de este mineral, se pueden presentar cambios dentales, cataratas, alteraciones en el cerebro y osteoporosis.
“Es posible que una deficiencia de calcio no cause síntomas tempranos. Usualmente, es leve, pero sin tratamiento, podría ser mortal”, precisa el medio especializado Medical News Today.
El calcio es uno de los minerales más importantes para el buen funcionamiento de los órganos y es el más abundante, presente en mayores proporciones en los huesos y los dientes, aunque también se consigue en cantidades significativas en la sangre, las neuronas y otros tejidos.
Según el Instituto de Medicina de Estados Unidos (IOM), los adultos deben ingerir al menos un gramo de calcio por día.
Si la causa de la deficiencia es una dieta insuficiente, usualmente no existen síntomas tempranos. En el largo plazo, una persona puede experimentar osteopenia, o baja densidad ósea. Sin tratamiento, esto puede ocasionar osteoporosis o huesos quebradizos.
Sin embargo, usualmente, la dieta no es la causa, una deficiencia de calcio principalmente aparece por problemas de salud o tratamientos, como deficiencia renal, la extirpación del estómago o el uso de ciertos medicamentos como diuréticos, dicen los expertos. La falta de calcio presenta las siguientes señales.
Problemas musculares
Una persona con deficiencia de calcio puede experimentar, por ejemplo: dolores, calambres y espasmos musculares, dolor en los muslos y brazos cuando camina o se mueve, y entumecimiento y hormigueo en manos, brazos, pies y piernas, al igual que alrededor de la boca.
Estos síntomas pueden aparecer y desaparecer, pero normalmente no se esfuman con la actividad física. Las sensaciones más extremas pueden indicar una deficiencia más grave, que puede causar: convulsiones, arritmias y hasta la muerte.
Fatiga extrema
Poco calcio puede causar fatiga extrema, que involucra la falta de energía y una sensación general de letargo. También puede provocar insomnio. La fatiga relacionada con una deficiencia de este mineral puede involucrar aturdimiento, mareo y confusión mental, caracterizado por la falta de concentración, olvido y confusión, según Medical News Today.
Problemas en los dientes
Los dientes tienen un alto contenido de este mineral en su estructura. Por esta razón, una disminución en el cuerpo afecta de forma directa su salud. Si una persona presenta caries u otras infecciones dentales, color amarillento o fragilidad, puede ser que se esté presentando una deficiencia de calcio o algún otro nutriente, según información del portal Mejor con Salud.
Afectaciones en las uñas y la piel
Una deficiencia prolongada de calcio puede causar diversos efectos tales como: piel seca; uñas secas; rotas o quebradizas; cabello grueso; alopecia, que causa la caída del cabello en modo de parches; eczema, o inflamación de la piel que puede generar parches con picazón o secos y psoriasis, que es una afección cutánea que provoca enrojecimiento, escamas plateadas e irritación de la piel.
Osteopenia y osteoporosis
Los huesos también almacenan calcio, pero requieren altos niveles para permanecer fuertes. Cuando los niveles generales de este mineral son bajos, el cuerpo puede desviar algunos de los huesos, lo que los hace quebradizos y propensos a las lesiones.
Con el tiempo, tener poco calcio puede causar osteopenia, una reducción de la densidad mineral en las estructura ósea. Esto puede ocasionar osteoporosis, que lleva a que los huesos se vuelvan delgados y vulnerables a las fracturas y a que se presente dolor y problemas con la postura.
De acuerdo con los expertos, es posible que la osteoporosis y otras complicaciones de la deficiencia de calcio tomen años en desarrollarse, pero cuando se empieza a sentir algún tipo de malestar se debe acudir al médico para determinar las razones.
¿Cómo obtener este mineral?
Consumir alimentos ricos en calcio es la primera opción para mejorar los niveles de este mineral en el organismo. En el listado de estas comidas están los lácteos y sus derivados, sardinas, almendras, garbanzos, nueces, acelgas, espinacas, brócoli y frutos secos, entre otros.
Adicionalmente, el cuerpo requiere de vitamina D para absorber este mineral, la cual se obtiene principalmente de la exposición de la piel al sol, además del consumo de alimentos como: pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado, el hígado de ganado vacuno, la yema de huevo y el queso.