“La vitamina A (retinol, ácido retinoico) es un nutriente importante para la visión, el crecimiento, la división celular, la reproducción y la inmunidad”, explica Mayo Clinic y agrega que este tipo de vitamina también posee propiedades antioxidantes.
La entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación señala que los antioxidantes son sustancias que tienen la capacidad de proteger las células contra los efectos de los radicales libres, es decir, “las moléculas generadas cuando el cuerpo descompone los alimentos o cuando se lo expone al humo de tabaco y a la radiación. Los radicales libres podrían influir en las enfermedades cardíacas, el cáncer y otras enfermedades”.
Los vegetales de hojas verdes, las hortalizas de color naranja como las zanahorias o las calabazas, los huevos y los melones son una fuente de vitamina A.
Esta vitamina juega un papel muy importante en la visión. La Academia Estadounidense de Oftalmología explica que para poder ver todo el espectro de luz, el ojo tiene que producir ciertos pigmentos para que la retina funcione de la manera adecuada. En ese sentido, la deficiencia de vitamina A impide la producción de esos pigmentos, ocasionando ceguera nocturna. Sumado a lo anterior, el ojo también necesita de esta vitamina para poder nutrir otras partes de ese órgano, como es el caso de la córnea. “Sin suficiente vitamina A, los ojos no pueden producir suficiente humedad para que se mantengan debidamente lubricados”, agrega la asociación médica profesional de oftalmólogos.
Explica que la deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera que se puede evitar en los niños en todo el mundo. “Se calcula que entre 250.000 y 500.000 niños se quedan ciegos cada año debido a una deficiencia de vitamina A. La mitad de estos niños fallecen menos de un año después de haber perdido la vista”, dice.
Así como afecta a los niños, también puede afectar a las mujeres en estado de embarazo. La deficiencia de esta vitamina en el organismo de una mujer en gestación causa ceguera nocturna y puede llegar a contribuir a la mortalidad materna. Asimismo, la deficiencia de este nutriente puede dañar el sistema inmunitario, aumentando la probabilidad de morir de malaria, sarampión y diarrea.
La Academia explica que el principal síntoma de la deficiencia de vitamina A en el organismo es la pérdida de visión y la ceguera. “La pérdida de visión a menudo comienza como un problema de adaptación para ver en la oscuridad, o ceguera nocturna. Las personas con ceguera nocturna no ven bien en la oscuridad, pero pueden ver normalmente cuando hay suficiente luz. Al agravarse la deficiencia de vitamina A, la conjuntiva (el recubrimiento de la parte blanca del ojo que ayuda a lubricar el ojo) se seca. Luego aparecen úlceras en la córnea (llagas abiertas). Si no se trata, con el tiempo deriva en pérdida de visión y ceguera”, afirma.
En consecuencia, las personas que tienen más probabilidades de sufrir de deficiencia de vitamina A son los niños pequeños y las mujeres que están en embarazo y residen en los países de bajos ingresos, siendo África y el sudeste asiático los lugares donde es considerado como un “gran problema”.
Aunque suene obvio, la deficiencia de vitamina A puede ser tratada con suplementos que contengan este mismo nutriente. Es de destacar que la cantidad de suplementos dependerá de la edad del niño. “Los suplementos de vitamina A pueden revertir la ceguera nocturna. También pueden ayudar a hacer que los ojos vuelvan a lubricarse. Pero la pérdida de visión que causa la cicatrización por úlceras de córnea es irreversible”.
A la par de los suplementos, una dieta rica en vitamina A –con alimentos que la contengan– también ayudará a combatir la deficiencia. Es preciso señalar que la ingesta de los suplementos debe ser bajo supervisión médica.