La deficiencia de vitamina D significa que la persona no está recibiendo suficiente vitamina D para mantenerse saludable y la carencia puede conducir a una pérdida de densidad ósea, lo que puede llevar a sufrir osteoporosis y fracturas (huesos rotos), de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Asimismo, explicó que la deficiencia severa de la vitamina D también puede conducir a otras enfermedades como, por ejemplo, en niños, puede causar raquitismo, que es una enfermedad rara que hace que los huesos se vuelvan blandos y se doblen y, los bebés y los niños afroamericanos corren mayor riesgo de contraer raquitismo.

En adultos, la deficiencia severa de la vitamina D provoca osteomalacia, que causa huesos débiles, dolor en los huesos y debilidad muscular.

La vitamina D es indispensable para la salud de los huesos. | Foto: Getty Images

Además, señaló que algunas personas corren un mayor riesgo de deficiencia de vitamina D como:

  • Bebés amamantando, porque la leche humana no es una buena fuente de vitamina D. Si está amamantando, dele a su bebé un suplemento de 400 UI de vitamina D todos los días.
  • Adultos mayores, porque su piel no produce vitamina D cuando toman sol tan eficientemente como cuando eran jóvenes, y sus riñones son menos capaces de convertir la vitamina D a su forma activa.
  • Personas de piel oscura, porque tienen menos capacidad de producir vitamina D del sol.
  • Personas con trastornos como enfermedad de Crohn o enfermedad celíaca que no absorben la grasa correctamente, porque la vitamina D necesita grasa para ser absorbida.
Son muy pocos los alimentos que contienen esta vitamina en forma natural, pero se encuentra en suplementos de multivitaminas y multiminerales. | Foto: Gettys
  • Personas que tienen obesidad, porque la grasa corporal se une a un poco de vitamina D y le impide entrar en la sangre.
  • Personas que han tenido cirugía de bypass gástrico.
  • Personas con osteoporosis.
  • Personas con hiperparatiroidismo (demasiado de una hormona que controla el nivel de calcio del cuerpo).
  • Personas con sarcoidosis, tuberculosis, histoplasmosis u otra enfermedad granulomatosa (enfermedad con granulomas, formaciones de células causadas por inflamación crónica).
  • Personas con algunos linfomas, un tipo de cáncer.
  • Personas que toman medicamentos que afectan el metabolismo de la vitamina D, como la colestiramina (fármaco contra el colesterol), medicamentos anticonvulsivos, glucocorticoides, medicamentos antimicóticos y medicamentos contra el VIH/SIDA.
La mayoría de las personas obtienen suficientes vitaminas de los alimentos que consumen. | Foto: Getty Images

Dicho lo anterior, para evitar la deficiencia de vitamina D se deben consumir alimentos que la contenga, aunque son muy pocos, pero está presente en pescados grasos, como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado.

Adicional, la vitamina D se encuentra en suplementos de multivitaminas y multiminerales. También se puede conseguir en forma de suplementos dietéticos que contienen solo vitamina D o vitamina D combinada con algunos otros nutrientes. Las dos formas de vitamina D disponibles en suplementos son D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol).

Entre tanto, el portal Medical News Today reveló que los mejores suplementos son: vitamina D 1000 UI, Vital Choice aceite de salmón rojo salvaje y vitamina D3, suplementos de vitamina líquida D3 o Hi-Po Emulsi-D3.

De hecho, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) señalaron que el consumo de vitamina D dependerá de la edad y el sexo y las cantidades promedio diarias recomendadas en microgramos (mcg) y unidades internacionales (UI) son:

  • Bebés hasta los 12 meses: 10 mcg (400 UI)
  • Niños de 1 a 13 años: 15 mcg (600 UI)
  • Adolescentes de 14 a 18 años: 15 mcg (600 UI)
  • Adultos de 19 a 70 años: 15 mcg (600 UI)
  • Adultos mayores de 71 años: 20 mcg (800 UI)
  • Mujeres y adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 15 mcg (600 UI)

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.