El consumo de tabaco es algo que las diferentes entidades de salud han tenido en la mira a lo largo de los años. Campañas para disminuir el consumo como el etiquetado de las cajetillas con los riesgos que implica para la salud o sobre el impacto ambiental que provoca y aumentos en los precios de los productos que contienen nicotina, han sido parte de las estrategias que se han llevado a cabo con este propósito.
Estudios científicos han encontrado que del 70 % de los fumadores manifiestan su intención de abandonar el consumo de tabaco, cerca de un 40 % intenta dejar de fumar cada año y solo un 30 % lo logra con el tratamiento adecuado, según informó el Ministerio de Salud y Protección Social.
Nubia Bautista, subdirectora de Enfermedades No Transmisibles de la cartera de Salud, explicó que es necesario que los ciudadanos identifiquen los comportamientos que podrían maximizar los riesgos en la salud en este momento en el que el mundo atraviesa por la pandemia de covid-19, donde existe una alta relación de letalidad en pacientes con enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedad pulmonar obstructiva crónica a causa del consumo de tabaco y busquen ayuda para controlarlos.
Añadió que el tabaquismo, “además de ser un factor de riesgo modificable para las enfermedades crónicas no transmisibles, por sí mismo se considera como una enfermedad crónica que requiere tratamiento por la dependencia que produce la nicotina contenida en el tabaco o sus derivados. No obstante, es una enfermedad prevenible, tratable y recuperable”.
De acuerdo con la funcionaria, las personas que logran dejar de fumar antes de los 40 años pueden reducir en un 90 % el riesgo de muerte asociada al tabaquismo. Además, los beneficios de dejar de fumar se evidencian desde la primera semana de cesación, destacó.
“Se ha reportado que alrededor del 30 % de los pacientes que han recibido tratamiento adecuado logran mantenerse sin fumar al año de haber finalizado el tratamiento, cifra alta en contraste con lo reportado en personas que inician un proceso de cesación por voluntad propia y sin asistencia profesional, que es de tan solo el 3 %”, puntualizó Bautista.
Dejar de fumar es algo que requiere de mucho esfuerzo por parte del fumador, la dependencia que genera la nicotina puede hacer que la persona recaiga en el tabaquismo o genere ansiedad. A la par de los distintos tratamientos médicos que se pueden seguir para dejar el tabaco, también hay algunas infusiones naturales que pueden ayudar a calmar el deseo de fumar, descritas por el portal especializado en salud y bienestar, MejorConSalud.
Pasiflora
El portal explica que un estudio que fue llevado a cabo en roedores encontró que la vixetina, un principio funcional presente en la pasiflora, podría reducir la ansiedad por fumar. Entre tanto, otro estudio de la Universidad de Farmacia de Campbell, citado por MejorConSalud, encontró que la pasiflora podría ayudar a combatir la adicción a la nicotina.
Para preparar esta infusión se necesitan: una cucharadita de pasiflora (5 g) y una taza con agua caliente (250 ml). Solo se debe verter la pasiflora en el agua caliente, dejar reposar cinco minutos, colarla y estará lista para su consumo.
Jengibre
El jengibre aporta un sinnúmero de propiedades para la salud, por ello no extraña que también ayuda en el proceso para dejar de fumar. Es una planta rica en antioxidantes y propiedades antiinflamatorias que podrían ayudar a combatir la abstinencia en medio del proceso de dejar de fumar, así como también a remover los residuos tóxicos que deja la nicotina en el cuerpo, según explica MejorConSalud. sumado a lo anterior, el jengibre también es un poderoso calmante que ayudaría a abandonar el hábito de fumar.
Una cucharada de jengibre rallado (10 g) y una taza de agua (250 ml) son los ingredientes que se necesitan. En primer lugar, se pone a hervir el agua y cuando llegue al punto de ebullición se agregan los 10 gramos de jengibre rallado, se deja reposar durante cinco minutos, se cuela y estará lista para su consumo.