El hábito de fumar se encuentra relacionado directamente con 25 enfermedades, siendo el responsable del 85 % de las muertes causadas por el cáncer de pulmón. Estos deberían ser motivos suficientes para saber que nunca es tarde para abandonar el consumo del tabaco.
Según cifras entregadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el tabaco mata a ocho millones de personas cada año (siete millones de fumadores activos y más de un millón de no fumadores afectados por humo de fuente ajena), incluyendo un millón en las Américas.
Dejar de fumar es una de las mejores decisiones que se pueden tomar, si de extender la expectativa de vida se trata, ya que, según la organización, la esperanza de vida de los fumadores es al menos diez años menos que la de los no fumadores.
Cabe señalar que el proceso para dejar de fumar no es fácil, debido a que cuesta trabajo que órganos como el cerebro se habitúen de nuevo a funcionar sin la llegada de sustancias como las que caracterizan al cigarrillo.
El portal digital experto en temas de salud Cuídate Plus realizó un listado con los momentos más trascendentales y más difíciles para el cuerpo humano luego de que se toma la decisión de dejar el tabaquismo.
24 horas después de dejar fumar
Son casi que inmediatos los efectos positivos en el organismo cuando se deja de fumar, ya que con tan solo 24 horas sin consumir tabaco, se reducen los niveles de monóxido de carbono en el cuerpo, esto se traduce en mayor cantidad de oxígeno que se transporta por la sangre. Comienza un proceso de recuperación de sentidos como el olfato y el gusto.
Según señala Cuídate Plus, los primeros días son los peores, ya que las ganas de fumar pueden ser muy intensas y frecuentes, sin embargo, irán disminuyendo con el paso del tiempo.
Han pasado dos o tres días
El cuerpo, en promedio, demora de tres a cuatro días en eliminar la nicotina o sus derivados del cuerpo, pero los compuestos que tiene el tabaco, como por ejemplo el alquitrán, sigue acumulado en los pulmones y pueden tardar años en desaparecer.
Después de dos o tres semanas
Es normal que en esta etapa sigan apareciendo las ganas de fumar, y esto se debe a que fumar es una adicción física y psicológica, una conducta aprendida que genera una dependencia social. Es probable que se presente el llamado síndrome de abstinencia, acompañado de irritabilidad, ansiedad, nerviosismo y cansancio.
Sin duda, es uno de los momentos de mayor importancia, debido a que es el punto donde un porcentaje de las personas que intenta dejar de fumar, no resiste el síndrome de abstinencia y recae en el consumo de cigarrillo.
Es posible que esta sensación de ansiedad por fumar tabaco se mantenga durante meses, sin embargo, irá disminuyendo con el paso del tiempo.
Luego de tres meses
Se empiezan a sentir los resultados de un mejor funcionamiento vital, se produce una disminución notable de la tos, la congestión nasal, la fatiga y la sensación de falta de aire.
“En estos primeros meses la nicotina, que posee la capacidad de quemar las grasas, desaparece y se aumenta de peso. Normalmente, este incremento se sitúa entre los tres y cinco kilos, aunque hay personas que no cogen peso y otras que engordan más de seis kilos”, señala el portal Cuídate Plus.
Un año después
Luego de cumplir la monumental pero posible tarea de llevar un año sin fumar, el riesgo de enfermedades que afecten el sistema cardiovascular puede disminuir hasta 50 %, cifra que seguirá aumentando mientras el tiempo siga corriendo.
Cuanto más temprano se deje de fumar, menores serán las probabilidades de llegar a tener cáncer y otras enfermedades. Es por eso que se recomienda tomar la decisión lo antes posible antes de que por cuenta de ese hábito se produzcan efectos de carácter irreversible para el cuerpo.