Según un estudio comisionado por la revista científica The Lancet, señala que la demencia no es una parte inevitable del envejecimiento y añade que con algunos cambios en el estilo de vida se puede reducir el riesgo de desarrollar esa enfermedad.

“La investigación explora los beneficios de construir una suerte de “reserva cognitiva” en el cerebro: fortalecer las conexiones cerebrales de tal manera que este órgano pueda seguir funcionando en la tercera edad a pesar del deterioro”, destaca el informe citado por BBC.

Según el mencionado portal, la investigación, presentada durante una conferencia en Londres de la Asociación del Alzheimer, presenta estos nueve factores de riesgo:

  1. Pérdida de audición en la mediana edad - relacionada con un 9% de riesgo
  1. No completar la educación secundaria - 8%
  1. Fumar - 5%
  1. No buscar un tratamiento temprano para la depresión - 4%
  1. La inactividad física - 3%
  1. El aislamiento social - 2%
  1. La hipertensión - 2%
  1. La obesidad - 1%
  1. La diabetes de tipo 2 - 1%

El estudio destaca que estos factores de riesgo son potencialmente modificables, “suman un 35%. El restante 65% de probabilidad de desarrollar demencia se considera fuera del ámbito de control del individuo”.

Mayo Clinic señala que otro factor de riesgo es la edad. “El riesgo aumenta a medida que se envejece, especialmente después de los 65 años. Sin embargo, la demencia no es una parte normal del envejecimiento y puede ocurrir en personas más jóvenes”.

Los antecedentes familiares también se puede tener en cuenta como factor de riesgo, pero esto no siempre es tan exacto, pues puede haber personas con familiares que llegan a padecer esta enfermedad, como hay otros que no; para ello “hay exámenes para determinar si las personas tienen ciertas mutaciones genéticas”, así lo explica Mayo Clinic.

Estos son algunos factores de riesgo que se pueden modificar:

Según las investigaciones se demostró “que la falta de ejercicio aumenta el riesgo de demencia”. Los expertos comentan que no hay una “dieta específica que reduzca el riesgo de demencia”, pero los estudios determinaron que hay “una mayor incidencia de demencia en las personas que tienen una dieta poco saludable en comparación con las que siguen una dieta de estilo mediterráneo con alto contenido de frutas y verduras, granos enteros, frutos secos y semillas”.

El consumo excesivo de alcohol provoca cambios en el cerebro. “En varios estudios y revisiones de gran envergadura se determinó que los trastornos del consumo de alcohol estaban vinculados a un mayor riesgo de demencia, en particular a la demencia de aparición temprana”, explica Mayo Clinic.

La presión arterial alta (hipertensión), colesterol alto, acumulación de grasas en las paredes arteriales (ateroesclerosis) y obesidad, también puede ser un factor de riesgo.

Mayo Clinic señala que el consumo de grandes cantidades de alcohol provoca cambios en el cerebro. | Foto: Gettyimages

Sufrir de depresión en la tercera edad podría indicar el desarrollo de demencia. Aunque este fenómeno no se ha explicado bien, así lo destaca el portal Mayo Clinic.

Alzheimers señala que la raza y el género también son factores que influyen en el riesgo para sufrir de demencia. “Diversas investigaciones muestran que los afroamericanos, los indígenas americanos y los nativos de Alaska tienen las tasas más altas de demencia y que los factores de riesgo pueden diferir entre las mujeres y los hombres. Los investigadores están estudiando qué se esconde detrás de estas diferencias”.

El mencionado portal señala que el sobrepeso también puede incidir en padecer o o la demencia. “Mantener actividad deportiva y consumir alimentos saludables, puede ayudar a mantener un peso ideal”.

Pero la actividad física no solo debe realizarse para el cuerpo, la mente también se debe ejercitar con actividades como “leer, jugar juegos de mesa, hacer manualidades o dedicarse a un nuevo pasatiempo, aprender una nueva habilidad, trabajar, hacer voluntariado y socializar”, así lo describe Alzheimers.