La depresión, según la Organización Mundial de la Salud, es un trastorno de salud mental. El organismo estima que el 5 % de los adultos padecen esta enfermedad. Sus características principales son una tristeza persistente y una falta de interés o placer en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras.
Asimismo, destacan que “es una causa importante de discapacidad en todo el mundo, e incide considerablemente en la carga de morbilidad. Los efectos de la depresión pueden ser prolongados o recurrentes, y pueden menoscabar extraordinariamente la capacidad de una persona para actuar y vivir una vida gratificante”.
De acuerdo con MedlinePlus, en adultos mayores (o personas de la tercera edad), “no es una parte normal del envejecimiento. Y no se reconoce ni recibe tratamiento”.
Algunas de las razones por las cuales esto ocurre a los adultos, según Cigna, pueden ser:
- Pérdida de su vitalidad.
- Cambios en su ritmo de vida.
- Limitaciones funcionales que dificultan la participación en las actividades diarias.
- Pérdidas de seres queridos que hacían parte de su entorno y que eran significativas.
- Alejamiento con personas de su edad o pareja sentimental.
- Separación de la familia e hijos y pérdidas laborales.
- Diagnósticos médicos de enfermedades que con la edad empiezan a evidenciarse.
- Disminución en sus ingresos económicos.
- Aislamiento social.
Síntomas de depresión en adultos de + 60 años
Cuando se empiezan a evidenciar esta serie de signos, es importante solicitar el apoyo de un profesional de la salud con el fin de evaluar los criterios diagnósticos y determinar si se trata de una depresión.
Según el Instituto Nacional de Envejecimiento de los Estados Unidos, destacan que las investigaciones “han demostrado que intervenir durante las consultas de atención primaria es muy eficaz para reducir el suicidio en el futuro. Si es un familiar o amigo, busque señales. Escuche con atención si alguien de cualquier edad dice que se siente deprimido, triste o vacío durante largos períodos”.
- Estados de depresión la mayor parte del día, casi todos los días.
- Sentimientos de desesperanza.
- Menos socialización y aislamiento social.
- Carácter irritable.
- Sentimientos de inutilidad.
- Pensamientos de muerte recurrente.
- Indiferencia ante situaciones que habitualmente disfrutaba o le afectaban.
- Estados de llanto frecuentes.
- Disminución de la energía.
- Alteraciones en sus hábitos de sueño, como dormir más o menos de lo recomendado.
- Pérdida o aumento de peso, sin explicación.
Cómo tratar la depresión
Para la doctora Erika Mena, psicóloga de los Centros Médicos Colmédica, es esencial en primera instancia determinar un diagnóstico temprano para promover el tratamiento oportuno e integral. Un evento que requiere de una atención clínica, psicológica y social; orientada bajo las condiciones y necesidades particulares que tiene el paciente.
“El profesional deberá tener en cuenta para la elección del tratamiento sus experiencias previas, la duración del suceso, las características de los síntomas y los episodios depresivos previos”, destaca la doctora. Es recomendable utilizar algunas estrategias para su manejo, tales como:
- Cambios en sus rutinas habituales.
- Mejorar sus relaciones con otras personas.
- Hacer ejercicio con una rutina constante, al menos tres veces por semana.
- Mantener un hábito adecuado del sueño.
- Establecer actividades como el arte, la música, la culinaria.
- Tener una alimentación saludable.
Por su parte, la psicoterapia y otras terapias psicológicas utilizadas en el tratamiento son fundamentales para tratar en el paciente con el trastorno. En algunos casos el profesional prevé la necesidad de establecer el uso de medicamentos. Es trascendental y excluyente que siempre esté indicado únicamente por especialistas de la salud mental.