La Organización Mundial de la Salud define a la depresión como una “enfermedad común pero grave que interfiere con la vida diaria, con la capacidad para trabajar, dormir, estudiar, comer y disfrutar de la vida”, la cual es causada por una combinación de factores genéticos, biológicos, ambientales y psicológicos.
Uno de los factores que puede afectar a los pacientes con depresión es la mala alimentación, pues los expertos ven una relación directa entre comer bien y la reducción de riesgos de padecer estos problemas.
Así mismo, algunos estudios han evidenciado que hay alimentos que pueden producir mejoras durante un cuadro depresivo, puesto que cuentan con nutrientes que estimulan la síntesis de neurotransmisores, que son aquellas sustancias que participan en la señalización neuronal y en la transmisión nerviosa.
No obstante, es importante tener presente que los pacientes con depresión deben acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado, y en caso de ser necesario, le sean recetados medicamentos.
Así mismo, los científicos han advertido en numerosas ocasiones que la falta de vitaminas C, D y E, así como el ácido fólico, niacina, tiamina, hierro, zinc o ácidos grasos omega-3 alteran al cerebro, pues se disminuyen los niveles de dopamina que es la encargada de generar la sensación de felicidad.
Por ejemplo, uno de los alimentos más recomendados para reducir el riesgo de padecer un cuadro depresivo son las carnes magras como lo son el pavo y el pollo, pues entregan al cuerpo dosis de un aminoácido esencial llamado triptófano, que impulsa la segregación de serotonina.
Así mismo, se recomienda consumir nueces y otros frutos secos, pues aportan ácidos grasos monoinsaturados, que ayudan a tener un buen estado de ánimo y beneficia al sistema cardiovascular.
Además de estos, se sugiere consumir té verde, que posee grandes cantidades de antioxidantes y es diurético, sumado a que tiene propiedades antidepresivas, pues cuenta con el aminoácido esencial teanina, que tiene un efecto relajante y reduce el estrés y la ansiedad.
El consumo moderado de chocolate negro también es una buena opción, pues cuenta con antioxidantes que llevan al cerebro a producir más serotonina, y a disminuir el cortisol u hormona del estrés.
La avena otorga al organismo vitaminas B1, B6 y ácido fólico, y beneficia la digestión por su alta cantidad de fibra, además de estabilizar los niveles de azúcar en la sangre, lo que lleva a que se reduzcan los bajones de energía.
Adicionalmente, el yogur, que contiene un alto contenido de probióticos, por ejemplo el keffir, que es fundamental a la hora de prevenir y curar estados depresivos, pues según un estudio de la Universidad de California, cuentan con una función cognitiva, emocional y sensorial.
Finalmente, se recomienda comer pescado azul como el salmón, la sardina, el atún o el bacalao, debido a que estimula la liberación de serotonina.