La depresión se evidencia cuando una persona se siente triste, melancólica, infeliz o derrumbada, y es normal que la mayoría de individuos se sientan así en algún momento de su vida y por periodos cortos.
Clínicamente se conoce como un trastorno del estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o frustración interfieren con la vida diaria durante algunas semanas o meses.
Se trata de un padecimiento que afecta los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona, y puede causar una variedad de problemas físicos y emocionales. Esto puede llevar a que la persona registre dificultades para realizar las actividades cotidianas y que, a veces, sienta que no vale la pena vivir.
Más allá de una tristeza pasajera, la depresión puede tornarse compleja, pues una persona no podrá recuperarse de la noche a la mañana de manera sencilla y puede requerir tratamiento a largo plazo.
Según expertos, si bien la depresión puede producirse solamente una vez en la vida, por lo general las personas tienen varios episodios durante los cuales los síntomas más comunes son los sentimientos de tristeza, ganas de llorar, vacío o desesperanza, irritabilidad o frustración, pérdida de interés o placer por la mayoría de las actividades habituales, alteraciones del sueño, cansancio y falta de energía, inapetencia, ansiedad, agitación y sentimientos de inutilidad o culpa, entre otros.
“Para muchas personas con depresión, los síntomas suelen ser lo suficientemente graves para causar problemas evidentes en las actividades cotidianas, como el trabajo, la escuela, las actividades sociales o las relaciones con otras personas. Algunas personas pueden sentirse infelices o tristes en general sin saber realmente porqué”, precisa el instituto Mayo Clinic.
Los signos de este padecimiento pueden variar entre los adultos mayores, los adolescentes y los niños. En los más pequeños, los síntomas pueden consistir en tristeza, irritabilidad, apego, preocupación, dolores, negarse a ir a la escuela o bajar de peso.
Los adolescentes pueden sentirse negativos e inútiles, tener bajo rendimiento o poca asistencia a la escuela, sentirse incomprendidos y extremadamente sensibles, consumir drogas de uso recreativo o alcohol, comer o dormir demasiado, autolesionarse, perder el interés por las actividades habituales y evitar la interacción social.
En los adultos mayores se pueden presentar problemas de memoria o cambios en la personalidad, dolores físicos, fatiga, pérdida del apetito, problemas del sueño o pérdida del interés en el sexo, que no son resultado de una enfermedad ni de un medicamento, querer quedarse en casa con frecuencia y tener pensamientos o sentimientos suicidas, en especial en los hombres mayores.
Según los especialistas, es importante que si una persona se siente deprimida pida una cita con un médico o un profesional de salud mental tan pronto como le sea posible, y si no quiere buscar tratamiento, es importante hablar con un amigo o una persona que pueda escuchar y entender lo que sucede.
Sin causas exactas
Se desconoce la causa exacta de la depresión. Al igual que sucede con muchos trastornos mentales, puede comprender diversos factores. Por ejemplo, la química del cerebro. Los neurotransmisores son sustancias químicas que se encuentran naturalmente en el cerebro y que probablemente desempeñan un rol en la depresión.
Según Mayo Clinic, hay investigaciones que indican que los cambios en la función y el efecto de estos neurotransmisores, y cómo interactúan con los neurocircuitos involucrados en mantener la estabilidad del estado de ánimo pueden tener un rol importante en la depresión y su tratamiento.
Por otro lado, están las hormonas. Según los expertos, es posible que los cambios en el equilibrio hormonal del cuerpo tengan un rol al causar o desencadenar la depresión. Los cambios hormonales pueden presentarse en el embarazo y durante las semanas o meses después del parto (posparto), y por problemas de tiroides, menopausia u otros trastornos.
En la depresión también pueden desempeñar un papel importante los rasgos hereditarios y es más frecuente en las personas cuyos parientes consanguíneos también tienen este trastorno.
De acuerdo con el portal MedlinePlus, este es un padecimiento que con frecuencia se transmite de padres a hijos. Puede deberse a los genes, comportamientos aprendidos en el hogar o a su entorno.
Según este portal, hay otros factores que pueden causar la depresión, como es el caso del alcoholismo o consumo de drogas; afecciones médicas, como el cáncer o dolor crónico a largo plazo; situaciones o hechos estresantes en la vida, como pérdida de trabajo, divorcio o fallecimiento de un cónyuge u otro miembro de la familia, y el aislamiento social.
Diferencias entre hombres y mujeres
Las señales de depresión pueden presentar diferencias de género dependiendo de cómo afectan, o de cómo las personas tratan con los síntomas y piden ayuda, según la revista Muy Saludable, del Grupo Sanitas.
De acuerdo con esta publicación, una organización de investigación y apoyo a las personas con depresión llamada Beyond Blue, indica que los hombres retrasan la búsqueda de ayuda y pueden no reconocer las señales hasta que se convierte en un caso más grave. En los hombres, los síntomas que se detectan con mayor facilidad son los físicos como, por ejemplo, los cambios de peso poco habituales y cansancio excesivo; mientras que en las mujeres son los trastornos del sueño y bajo estado anímico.
Investigaciones en este campo sugieren que los hombres depresivos también pueden mostrar mayores niveles de irritabilidad y de ira que las mujeres, y tienen una tendencia mayor a abusar de sustancias y a mostrar un comportamiento tomando decisiones más arriesgadas.
Independientemente del género y de los tipos de síntomas de depresión, el gran factor a considerar es el impacto en el estilo de vida. No debe ignorarse si estos síntomas perjudican las relaciones en el trabajo, con los amigos, familia y empeoran la salud general de la persona.