Un grupo de científicos de la Universidad Davis de California, EE. UU., desarrolló unas células “robot” capaces de tratar diferentes enfermedades dentro del organismo. Para el reconocido ingeniero biomédico Cheemeng Tan, “este nuevo avance tecnológico será capaz de apoyar tratamientos médicos de cáncer e incluso tratar zonas específicas del cuerpo de ser necesario”.
Para el desarrollo de esta tecnología, el bioingeniero utilizó un innovador proceso químico basándose en dos enfoques clave: remodelar genéticamnete las células existentes con el objetivo de darles nuevas funciones y construir células sintéticas desde cero, convirtiendo las células robot como la tercera opción.
¿Cómo trabajan las células “robot”?
Para hacerlas funcionar, los científicos tomaron células bacterianas como base y agregaron elementos de un polímero artificial. “Una vez dentro de la célula, el polímero fue expuesto a la luz ultravioleta para construirlo en una matriz de hidrogel mediante reticulación, imitando una matriz extracelular natural”, especificaron.
Aunque estas células actúan de la misma forma como lo haría una célula orgánica sana, estas tienen la particularidad de ser más resistentes a factores como el pH alto, la constante exposición a antibióticos, circunstancia que sería perjudicial para las células naturales.
Primeros resultados
De acuerdo con los investigadores de la Universidad Davis, las primeras pruebas en muestras de tejido mostraron que las células robot fueron capaces de invadir células cancerosas, comprobando así, que en algún momento podrán usarse para administrar medicamentos a partes específicas del cuerpo.
Inyectan mini robots en pacientes para curarlos del cáncer
Como parte de los avances en terapias y procesos capaces de tratar y curar el cáncer, los investigadores decidieron inyectar mini robots en los cuerpos de las personas afectadas. Esta terapia envía moléculas inteligentes que identifican las células cancerosas y las atacan sin dañar las células sanas.
La biomedicina se ha convertido en un hito en las historias para tratar el cáncer de una forma más segura, ya que al inyectar robots en el torrente sanguíneo para que localicen el tejido neoplásico y ataques las células dañadas, estas se desintegran de forma natural sin dejar residuos en el cuerpo, evitando al máximo la posible aparición de contraindicaciones relacionadas con su uso.
Los nanobots solo miden 50 nanómetros de largo y tienen un grosor dos mil veces más delgado que un cabello humano. Detrás de este procedimiento se encuentra el equipo del doctor Ido Bachelet, experto en nanotecnología del ADN de la Universidad Hebrea de Jerusalén.
El equipo trabaja actualmente en el laboratorio de Biodiseño de la Universidad Bar Ilan, en Israel y se dedica inventar formas más eficientes de entregar la medicina en el organismo humano.
Particularmente para los tratamientos del cáncer, el doctor Bachelet explica que sus investigaciones “no están orientadas a buscar una nueva droga, sino a controlar cómo se distribuyen los fármacos existentes para que estos robots entrenados identifiquen las células cancerosas y depositen en ellas la medicación, evitando que la toxicidad de las mismas afecte las células sanas, algo que la ciencia intenta evitar especialmente en el tratamiento del cáncer, pues los fármacos estándar atacan a todas las células, buenas y malas”.
Según el especialista, “recientemente se anunció el inicio de la fase clínica de las inyecciones de millones de nanorrobots para intentar salvar la vida de un paciente con leucemia en etapa avanzada. Se espera también que en dos años se pueda lograr la reparación de médula en estudios preclínicos”.
Interruptores programados
Cabe señalar que los nanobots están construidos con moléculas de ADN que se pueden cargar con diferentes materiales como proteínas y medicamentos, según el tipo de terapia y la enfermedad que se desee tratar. Los nonobots son versátiles, por lo que el doctor Bachelet ha logrado programarlos con una especie de interruptor que hace que estos se activen solo cuando pasan por células malignas y se desactiven cuando pasan por células sanas.
Adicionalmente, el experto y su equipo, trabajaron conjuntamente en un sistema que permita a los dispositivos trabajar igual que las colonias de insectos. Esto servirá para terapias combinadas y la interacción entre ellas no genera efectos secundarios en el paciente, pues trabajarán al mismo tiempo pero sin colisionar.