Un grupo de científicos desarrolló un modelo de embrión humano a partir de células madre humanas, capaz de reproducir en laboratorio las primeras etapas de su desarrollo, un avance que podría ser útil para estudiar las malformaciones congénitas y otras anomalías. Según los equipos de la Universidad de Cambridge y del Instituto Hubrecht de Holanda, cuyo estudio fue publicado el jueves en la revista científica Nature, este modelo de pseudoembrión permite observar por primera vez directamente procesos subyacentes de la formación del cuerpo humano.
Este modelo es una "primera etapa hacia la modelización de la emergencia del plano del cuerpo humano y podría ser útil para estudiar qué sucede cuando las cosas se tuercen, como las malformaciones congénitas", estima la doctora Naomi Moris, del departamento de genética de Cambridge y coautora del estudio. Es la primera vez que se usan células madre humanas para crear un modelo tridimensional de embrión humano, tras los realizados con células madre de ratones y de peces cebra. El prototipo desarrollado se asemeja en parte a un embrión de entre 18 y 21 días. El "plano" del cuerpo humano, es decir, el esquema director de construcción del organismo, se desarrolla a partir de un proceso llamado gastrulación, durante el cual se forma una estructura de tres capas de células que constituirán más adelante los diferentes tejidos.
Durante el periodo de gastrulación, considerado como la "caja negra" del desarrollo humano, se pueden producir numerosas anomalías congénitas, debido a causas como el alcohol, los medicamentos, los productos químicos y las infecciones. Según los autores del estudio, este embrión de laboratorio podría servir además para comprender mejor problemas médicos como la infertilidad, los abortos espontáneos y los problemas genéticos. "Nuestro modelo produce parte del plano de un humano", comentó el responsable de este trabajo, Alfonso Martínez-Arias, igualmente del departamento de genética de Cambridge. "Es apasionante ver el proceso de desarrollo que hasta ahora no podíamos ver ni estudiar", añadió. Para crear este modelo, el equipo se sirvió de agregados de células humanas cultivadas en laboratorio y les aplicó productos químicos para activar determinados genes.
Estos modelos no pueden convertirse en verdaderos embriones puesto que no disponen de células cerebrales ni de los tejidos necesarios para su implantación en el útero, subrayan los investigadores. Sin embargo, durante 72 horas de desarrollo, los científicos observaron señales evidentes de los fenómenos que conducen a la formación de músculos, huesos y cartílagos. El estudio abre una "ventana fantástica" sobre la formación precoz del cuerpo humano, destacó el profesor de biología del desarrollo del King‘s College de Londres, Jeremy Green, que no participó en el estudio.