SEMANA: ¿cuál fue el avance que presentaron esta semana?

Sergio Hernández (S. H.): la comunicación viene del cerebro y va a las piernas por la médula. Cuando hay una lesión, esa comunicación se ve interrumpida. A veces es una lesión incompleta, y a veces completa, en cuyo caso el paciente puede no tener ninguna sensación ni control de las piernas. En este caso, el implante tuvo un impacto inmediato en estos pacientes, que luego tuvieron que hacer seis meses de rehabilitación intensa para volver a caminar, nadar o montar en bicicleta. El progreso fue gigante y así fue como pudieron llegar a hacer estas actividades.

SEMANA: ¿por qué es un gran hallazgo?

S. H.: el gran avance es que son tres participantes con lesión completa. Y no solo eso, no tenían ninguna sensación de las piernas. Ellos eran de silla de ruedas y con el implante les dimos más autonomía. Es un gran avance, pero no es el primero. El profesor Grégoire Courtine lleva 15 años en esto y en 2018 publicó un artículo en el que explica cómo hicieron implantes en pacientes, pero con lesión incompleta.

Los sistemas tecnologicos asociados al implante por vía inalámbrica permiten a estas personas montar en bicileta, caminar o nadar. | Foto: Jimmy Ravier / suministrado a Semana

SEMANA: ¿pero eso da esperanzas de que algún día llegará la cura?

S. H.: es un gran avance en la buena dirección, pero aún no es una cura. Los pacientes no solo han recuperado el movimiento de piernas, sino el del tronco y eso les da más estabilidad para su postura. Eso mejora su calidad de vida.

SEMANA: ¿cuál es el siguiente paso?

S. H.: este es un estudio clínico. Es una prueba de concepto, por decirlo así. El grupo en el que trabajo lleva ya nueve implantes, seis con lesión incompleta y tres con lesión completa, y el siguiente paso es probarlo en una población más grande, de 50, 100 participantes en varios centros. Luego, en un futuro, la idea es poder ofrecer este proceso como terapia para el gran público.

Después de la cirugía para colocar el implante, el paciente debe hacer entrenamiento durante seis meses para mejorar los movimientos | Foto: Jimmy Ravier / suministrado a Semana

SEMANA: ¿cómo funciona el implante?

S. H.: como dije antes, los pacientes tenían una lesión por la cual la comunicación con el cerebro está interrumpida. Eso significa que todo lo que hay debajo de la lesión quedó sin movimiento. Lo que nosotros hacemos es colocar el implante sobre la parte lumbar, la parte baja de la médula espinal, y con el implante mandamos impulsos eléctricos de 40 a 100 por segundo y activamos las neuronas que controlan los músculos de las piernas de manera secuencial para obtener un movimiento de caminado.

SEMANA: ¿cómo lo activan o controlan?

S. H.: el paciente cuenta con un sistema tecnológico portátil. Son varios aparatos que los pacientes llevan donde quieran y que activan por medio de botones. Creamos un algoritmo y así el paciente escoge qué estimulación desea enviar de manera secuencial para crear un movimiento específico.

SEMANA: ¿cuál fue su papel en este trabajo?

S. H.: somos un grupo interdisciplinario en el que hay terapeutas, ingenieros, médicos, entre otros. Yo soy ingeniero informático y estoy haciendo el doctorado en Suiza. Fui parte del equipo que desarrolló el sistema. Estuve involucrado en el desarrollo del algoritmo y de los programas que hay detrás de este implante para que el paciente pueda caminar. Pero dentro del grupo muchos hacemos tareas distintas y trabajamos en muchas partes de la terapia. El sistema tecnológico lo hemos desarrollado entre todos.

SEMANA: ¿cree que algún día un cuadripléjico como Christopher Reeve (Superman), que vivió postrado sus últimos años de vida, podrá caminar?

S. H.: estos avances van en esa dirección. Pero aún no es una cura, estamos atacando un problema a la vez, recuperar una función a la vez. Pero sí estamos yendo en esa dirección y con cada avance logramos recuperar más autonomía y movilidad. Pero una cura creo que será una mezcla de varias tecnologías, con células madre, para que los nervios de la lesión vuelvan a regenerarse. Espero poderlo presenciar en algún momento.