Con motivo del Día Mundial Sin Tabaco, que se conmemora cada 31 de mayo, 12 organizaciones que conforman el Grupo Colombiano de Trabajo en Cáncer de pulmón alzan su voz para concientizar sobre los graves efectos para la salud que conllevan las diferentes maneras de fumar.
Este año, el tema central son los efectos nocivos del tabaco sobre el medio ambiente, bajo el lema ‘Envenena nuestro planeta’. Según cálculos estimativos, para fabricar cigarrillos se talan 600 millones de árboles, se emiten 84 millones de toneladas de dióxido de carbono al ambiente y se utilizan 22.000 millones de litros de agua.
El tabaco mata a más de siete millones de personas por consumo directo y aproximadamente a 1,2 millones adicionales por exposición al humo ajeno (segunda mano), considerándose un grave problema de salud pública, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
De acuerdo con el Ministerio de Salud y Protección Social (MinSalud), el control del tabaco es fundamental, pues fumar causa daños en órganos como el corazón, la garganta, el riñón y pulmones, además de problemas reproductivos.
El tabaquismo también representa una amenaza para los niños y niñas, quienes resultan afectados por la exposición al humo del tabaco incluso durante la gestación. Este hábito puede ocasionar reducción en su función pulmonar y el riesgo de padecer infecciones o una mayor frecuencia de enfermedades respiratorias cuando están expuestos al humo de manera recurrente.
Martha Herrera, directora de la Fundación Colombia para Fibrosis Quística y Otras Enfermedades Respiratorias, afirma que los esfuerzos que se están realizando desde la sociedad civil y científica con motivo del Día Mundial Sin Tabaco buscan informar, educar y empoderar a la población sobre la importancia del control de este agente nocivo, “porque no solo afecta a quien fuma sino su entorno, incluyendo la contaminación ambiental”.
Vapeadores, la nueva moda para fumar
La Sociedad Americana de Cáncer señala que no existe ningún producto del tabaco que sea seguro. La manera de cuidar la salud es mantenerse libre de su consumo.
Actualmente, en el mercado existen muchos productos para el consumo de tabaco, y las personas con frecuencia piensan que algunos tipos de estos productos son seguros y que no son nocivos para la salud, lo que no es cierto.
“Los nuevos dispositivos para fumar se han ofrecido como una alternativa más segura, pero a medida que ha pasado el tiempo y los estudios son más completos nos damos cuenta de que realmente no son opciones de bajo riesgo. Hemos visto que también favorecen la aparición de enfermedades”, explica Manuel Pacheco, médico internista neumólogo y miembro del Comité Antitabaco de la Asociación Colombiana de Neumología y Cirugía del Tórax.
Dentro de las afecciones que pueden ocasionar estos dispositivos están los problemas respiratorios, riesgo de enfermedad cardiaca y de circulación. Existen algunos estudios más profundos que indican que puede causar daños celulares, con la posibilidad de desembocar en la aparición de células cancerosas.
Los cigarrillos convencionales contienen tabaco, sustancias químicas añadidas, un filtro y una cubierta de papel. Por su parte, los dispositivos alternativos, como cigarrillos electrónicos, generan un vapor conformado por glicol de propileno, saborizantes y nicotina. También pueden contener otras sustancias adicionales.
En general, las personas que fuman se exponen a más de 7.000 sustancias químicas al inhalar el humo.
“En un principio, los cigarrillos electrónicos fueron introducidos con la idea de que sirvieran para dejar de fumar. Lamentablemente, no han demostrado ser útiles en este propósito. En diversos estudios hay algunos países donde inclusive los recomiendan desde algunos escenarios, pero hemos visto que realmente no es que la gente deje de fumar, lo que ocurre generalmente es que cambian de hábito dejando el cigarrillo convencional, y se quedan con el electrónico, por lo que realmente no dejan de fumar”, comenta Pacheco.
“Hemos visto situaciones en las que la persona que quiere dejar de fumar termina con un problema mayor, pues se queda tanto con el cigarrillo electrónico como con el convencional. Entonces esos dispositivos no han demostrado ser efectivos para dejar de fumar, y la OMS no los ha recomendado para tal efecto”, añade.
El reto de dejar de fumar
“¿Qué tan posible es dejar de fumar?” es lo que se preguntan muchas personas antes de tomar esta decisión, también por el estigma en que se ubica a la población fumadora.
Si bien dejar este hábito es posible, según Lucía Viola, médica internista neumóloga y jefe del servicio de Oncología Torácica de la Fundación Neumológica Colombiana, el consumo de nicotina o de los derivados de ella “es considerado una condición médica de salud, por lo que, para dejar de fumar, se requiere de un tratamiento seguido, instaurado, regulado y evaluado por un médico o por una clínica de cesación de cigarrillo”.
De igual manera, Viola explica que la decisión de dejar de fumar no debería estar motivada porque ya la persona tiene alguna afectación en su salud derivada del consumo del cigarrillo, como el cáncer del pulmón o EPOC, sino que se considere el consumo de cigarrillo como una enfermedad y no una moda. “El simple hecho de padecer esa condición médica debería motivar la asistencia a la clínica de cesación de cigarrillo”, agrega.
En Colombia existe un protocolo para la atención del paciente fumador con el fin de ayudarle a que encuentre una mejor ruta en su proceso y que deje atrás el consumo de una manera efectiva.
“Sabemos que para algunas personas esto se convierte en un reto complejo, pero queremos invitar a todos a que cuenten con su servicio de salud, tenemos equipos que han venido preparándose para ayudarlos a cumplir esta meta de forma integral”, instó Pacheco.
La ley antitabaco (1335 de 2009) es considerada pionera en la regulación del uso del tabaco en la región. En el país esta ley controla temas como la publicidad, la venta a menores y la distribución del cigarrillo individual.