Cuando una persona sufre de diabetes es porque tiene elevados sus niveles de azúcar (glucosa) en la sangre. La glucosa es la principal fuente de energía del cuerpo y es clave para las células que forman los músculos y tejidos. “También es la principal fuente de combustible del cerebro”, dice el instituto de investigación Mayo Clinic.
Pero si bien se trata de una sustancia vital para el organismo, cuando se almacena mucha en la sangre puede ocasionar serios inconvenientes de salud. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el paso del tiempo esta enfermedad puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios.
La OMS asegura que los adultos con diabetes tienen un riesgo mayor de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular, de ahí la importancia de controlar la enfermedad y mantener el azúcar en los niveles indicados.
De igual forma, las neuropatías, que son aquellas lesiones que se presentan en el tejido nervioso por cuenta de la diabetes y que afectan a los pies, si se combinan con la reducción del flujo sanguíneo, pueden incrementar significativamente las posibilidades de que las personas sufran de úlceras e infecciones que terminen ocasionando la amputación de las extremidades.
El organismo multilateral de la salud también advierte que la retinopatía diabética es una consecuencia del daño de los capilares de la retina que se ha acumulado a lo largo del tiempo. Las estadísticas de la OMS indican que cerca de un millón de personas han quedado ciegas como consecuencia de la enfermedad generada por elevados niveles de azúcar en la sangre.
Una de las mejores formas de mantener controlado el azúcar en la sangre es con la ingesta de una alimentación equilibrada y la práctica regular de ejercicio físico.
Fibra para los diabéticos
En la alimentación es clave incluir fibra, un tipo de carbohidrato que se encuentra principalmente en las frutas, las verduras, los granos integrales y las legumbres. Para los pacientes diabéticos es particularmente favorable, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
Además de ayudar a controlar el azúcar en la sangre, la fibra también puede aportar en el control del peso y reducir el riesgo de padecer de enfermedades del corazón y algunos tipos de cáncer.
En lo referente al control de la glucosa, esto es posible debido a que el cuerpo no puede absorber y descomponer la fibra, por lo que no se genera un aumento súbito en el nivel de azúcar en la sangre, como lo hacen otros carbohidratos. Esto puede ayudar a mantener la glucosa en los valores deseados.
La más aconsejable es la fibra soluble que al ingerirla se disuelve en el agua y forma una sustancia gelatinosa en el estómago, lo que hace más lenta la digestión.
De acuerdo con esta fuente, si una persona padece de diabetes, debe seguir un plan de alimentación que incluya una cantidad adecuada de fibra. Para ello es importante consultar con un nutricionista que le oriente para seguir la mejor dieta posible y de esta forma obtener resultados positivos.
Si bien para los expertos de los CDC al principio agregar más fibra a la alimentación puede ser difícil, con el tiempo la persona aprenderá a consumir una cantidad suficiente de este importante nutriente, favoreciendo así sus condiciones de salud.
Las Guías Alimentarias para los Estadounidenses recomiendan que los adultos consuman de 22 a 34 gramos de fibra cada día. Lo ideal es incluir algo de fibra al desayuno, elegir productos integrales, concentrarse en las verduras sin almidón, agregar fríjoles y otras legumbres como lentejas y comer verduras, frutos secos y semillas entre las comidas.
La citada fuente recomienda que para las meriendas se elija comer frutas y verduras, como manzanas, peras, bananas y zanahorias pequeñas. También es importante tener a mano almendras, semillas de girasol y pistachos.
Otras bondades
Otros de los beneficios que ofrece incluir fibra en la alimentación, según los CDC, son los siguientes.
- Protege el corazón. La fibra evita que el cuerpo absorba algo de grasa y colesterol, lo que reduce los niveles de triglicéridos y colesterol, y ayuda a minimizar el riesgo de tener enfermedad del corazón.
- Mantiene la salud del sistema digestivo. La fibra ayuda a limpiar el aparato digestivo, eliminando bacterias y otras sustancias, lo cual mejora la salud intestinal y ayuda a reducir el riesgo de desarrollar cáncer de colon.
- Sensación de saciedad y manejo del peso. Debido a que la fibra no se puede digerir, se mueve lentamente por el estómago, lo que da una sensación de saciedad por más tiempo. Así mismo, muchos alimentos ricos en fibra tienden a ser bajos en calorías, lo que puede ayudar a bajar de peso.