La diabetes es una enfermedad crónica. El alimento que se consume se transforma y es empleado por el cuerpo para obtener energía. Un azúcar llamado glucosa entra al organismo por medio del torrente sanguíneo hasta el músculo, la grasa y otras células, donde se almacena o se usa como fuente de energía.
Las personas que padecen esta enfermedad presentan niveles altos de azúcar en la sangre, debido a que su cuerpo no puede movilizar el azúcar desde la sangre hasta el músculo y a las células de grasa para quemarla o almacenarla como energía.
Es posible también que el hígado produzca demasiada glucosa y la secrete en la sangre. La insulina es una hormona producida por el páncreas para controlar el azúcar en la sangre. La diabetes puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a la insulina o ambas, explica el portal de salud y medicina MedlinePlus.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que la diabetes sacarina de tipo 2 se debe a que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, mientras que la de tipo 1 se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.
Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar problemas serios, como daños en los ojos, los riñones y los nervios. La diabetes puede causar enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y la necesidad de amputar un miembro. Las mujeres embarazadas también pueden desarrollar diabetes, pero en esos casos es llamada diabetes gestacional.
En ese sentido, a los pacientes con esta enfermedad se les recomienda consumir frutas y verduras, pero existe confusión acerca del banano, la cual es una fruta dulce, por lo que no sabes si aumente sus niveles de azúcar al comerlo.
Se debe tener en cuenta el índice glucémico (IG), que de acuerdo con el portal Diabetes Self Management, este es un indicador del aumento del azúcar en sangre, tras consumir alguna comida.
Entre más alto sea el IG, quiere decir que más carbohidratos contiene, por lo que subirá el nivel de azúcar en sangre.
En ese sentido, el portal resalta que los bananos contienen un IG de 51, el cual se considera bajo, pues 55 o menos significa que la comida no aumentará significativamente los niveles de azúcar en la sangre, mientras que los verdes poseen un índice de 42.
No obstante, los que están demasiado maduros, pueden alcanzar un índice de 62, por lo que se debe tener cuidado al consumirlos. Lo más recomendable es preguntar al médico, antes de comerlos.
MedlinePlus brindó algunas recomendaciones para las personas que padecen de esta enfermedad.
- Comer sanamente y controlar el peso: para ello se debe reducir el consumo de azúcares refinados, es decir, evitar todo tipo de dulces, jugos y bebidas industrializadas que traen niveles elevados de este producto. También hay que evitar harinas refinadas (alimentos procesados), ingredientes artificiales y preservativos. Se deben incluir, en la dieta, más antioxidantes (alimentos basados en las plantas como frutas y vegetales). Además, se recomienda consumir las frutas en su estado natural, ya que el jugo de las mismas se convierte en azúcar al licuarla.
- Practicar actividad física: cuando se suda se liberan toxinas, lo cual traerá grandes beneficios para la salud. Además, la práctica de ejercicio mejora el flujo sanguíneo y baja la presión arterial. El medio recomienda caminar, trotar o montar en bicicleta de 30 a 60 minutos todos los días.
- Revisar con frecuencia los niveles de azúcar en la sangre: el médico establecerá un horario para que la persona se mida el azúcar; sin embargo, el medio menciona: muchas personas con diabetes tipo 2 necesitan revisar su azúcar en la sangre solo una o dos veces por día. Algunas personas necesitan revisarla con mayor frecuencia. También, que si el azúcar en la sangre está bajo control, la persona podrá revisarla unas vez por semana.
- Visitar al médico con regularidad y cada vez que se le indique: es posible que el especialista envíe exámenes de sangre y orina para verificar que los riñones estén funcionando bien (cada año), los niveles de colesterol y triglicéridos sean saludables (cada año) y el nivel de A1C se encuentre en un rango adecuado (cada seis meses si la diabetes está bien controlada o cada tres meses si no lo está).