Se sabe que fumar es perjudicial para la salud. Esta práctica incrementa el riesgo de padecer diferentes afecciones de salud, incluso puede causar cáncer, una enfermedad que puede ocasionar la muerte.
“Las personas que fuman tienen el mayor riesgo de presentar cáncer de pulmón, aunque el cáncer de pulmón también puede ocurrir en personas que nunca han fumado. Este aumenta con la cantidad de cigarrillos y la cantidad de tiempo que hayas fumado”, apunta Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.
En el caso de las personas que tienen un diagnóstico de diabetes es importante entender que fumar no es saludable aun más si se tiene esta enfermedad. “La insulina ayuda a que el azúcar en la sangre entre a las células, pero la nicotina cambia las células haciendo que no respondan a la insulina, y esto aumenta los niveles de azúcar en la sangre. (...) Las personas con diabetes que fuman suelen necesitar dosis mayores de insulina para mantener los niveles de azúcar en la sangre cerca su objetivo”, explican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Asimismo, las sustancias químicas que contienen los cigarrillos afectan negativamente a las células del cuerpo humano, dañándolas y provocando inflamación, lo que puede suscitar que dichas células no respondan a la insulina.
En caso de no tener diabetes también es importante evitar esta práctica, pues quienes la realizan tienen un riesgo mayor de padecer la enfermedad. Se puede buscar ayuda profesional para iniciar un proceso para abandonar esta práctica. Aunque puede ser un objetivo difícil de cumplir, se debe recordar que los beneficios para la salud son altos.
Fumar y sus efectos en la piel
Taylor Hays, M.D, experto de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, apunta que fumar es un factor que puede incrementar el proceso de envejecimiento natural de la piel, contribuyendo a la formación de las famosas “patas de gallo”, líneas de expresión y un tono de piel grisáceo.
Asimismo, esta práctica puede contribuir a que se formen surcos profundos, arrugas alrededor de la boca y labios más finos. Esto se debe al gesto que se realiza cada vez que se fuma.
Según explica el experto la nicotina, sustancia que contienen los cigarrillos, hace que los vasos sanguíneos se achiquen, reduciendo el flujo de oxigeno y los nutrientes que van a las células de la piel. “Cuantos más cigarrillos fumes y cuanto más tiempo fumes, más probabilidades tendrás de desarrollar arrugas y otros cambios relacionados con el envejecimiento en el rostro”.
Sobre esa misma línea, el calor y el humo no inhalado (de segunda mano) también puede contribuir a la salud de la piel, secándola y dañando su superficie.
Se debe tener en cuenta que la exposición solar es otro de los factores que influye en la aparición prematura de las arrugas.
El otro factor principal que se puede controlar y que causa daño a la piel es la exposición al sol. Este factor puede causar que la piel tenga una menor capacidad para reparar heridas como cortes y raspaduras.
Es importante dejar de fumar, para evitar el daño causado por el tabaquismo. “si deja de fumar ahora, dejará de acelerar el problema y podrá evitar que el daño sea peor”, explica el experto de Mayo Clinic.
El humo de segunda mano, que es el inhalado por personas no fumadoras, también trae riesgos para la salud del organismo. Dentro de los problemas de salud están enfermedades del corazón y cáncer de pulmón.