La diabetes es una enfermedad crónica en la que los niveles de glucosa o azúcar en la sangre son muy elevados. Es una afección que de no controlarse, en el largo plazo genera daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, según afirma la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
El azúcar es la principal fuente de energía del organismo y proviene de los alimentos. La insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para ser usada como energía.
Sin embargo, en algunas oportunidades el cuerpo no produce suficiente, no produce nada o no la usa adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre provocando complicaciones de salud, según indica el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, de Estados Unidos.
Este padecimiento, que afecta a millones de personas en el mundo, no tiene cura. No obstante, las personas que lo enfrentan pueden adoptar diferentes acciones para mantenerlo bajo control. Es posible que haya quienes padecen de diabetes y no lo sepan, por ello es importante estar atentos a algunas señales de advertencia que pueden indicar su presencia y varias de ellas se presentan en la piel, según la Asociación de Diabetes de Estados Unidos (ADA, por sus siglas en inglés).
Padecimientos de la piel
En este sentido, el portal Healthline, asegura que la diabetes tipo 2 tiende a asociarse con una mala circulación, que reduce el flujo sanguíneo a la piel. También puede causar daños en los vasos y los nervios.
“La disminución de la circulación sanguínea puede provocar cambios en el colágeno de la piel. Esto modifica la textura, el aspecto y la capacidad de curación”, asegura la citada fuente.
Los especialistas explican que el daño a las células de la piel puede incluso interferir con la capacidad para sudar y aumenta la sensibilidad a la temperatura y a la presión. “La neuropatía diabética puede provocar una disminución de la sensibilidad. Esto hace que la piel sea más propensa a las heridas que podrían no sentirse”.
Ante esta realidad, hay algunos síntomas a los que se debe prestar atención y son los siguientes:
- Cambios en la piel
- Lesiones o irritación que rodea los lugares donde se inyecta la insulina
- Cortes o heridas de lenta cicatrización
- Cortes o heridas que parecen infectadas
También hay algunas afecciones particulares que se manifiestan en la piel cuando una persona enfrenta niveles de glucosa elevados.
- Acantosis nigricans que es un área oscura y aterciopelada: Se caracteriza por una afección cutánea en la cual aparecen áreas oscuras y con textura de terciopelo. Surge en los pliegues y dobleces del cuerpo, en particular en la ingle, el cuello y las axilas.
- Dermopatía diabética: Esta es la más común de las señales de diabetes que se manifiestan en la piel, de acuerdo con una publicación de la revista Mejor con Salud, escrita por Edith Sánchez. Aparece casi siempre en la parte anterior de la tibia. Al principio, se ve como un abultamiento de color rosa o marrón. Después, se convierte en una mancha de color marrón sin volumen.
- Necrobiosis lipoidica diabeticorum. Son manchas de color marrón claro, ovaladas y circulares, de mayor tamaño que las anteriores. Según Healthline, con el tiempo estas marcas pueden verse brillantes con un borde rojo o violeta. Suelen picar y doler. Afectan a las mujeres adultas con más frecuencia que a los hombres, y también suele aparecer en las piernas.
- Esclerosis digital: Esta afección cutánea hace que la piel de las manos y los dedos de las manos y de los pies se vuelva gruesa, tensa, cerosa y rígida en las articulaciones. Las lociones, las cremas hidratantes y la regulación de los niveles de azúcar en la sangre pueden ayudar a prevenir o tratar la enfermedad.
- Ampollas diabéticas. Aunque, según los expertos, no es una afección frecuente, las personas que tienen diabetes tipo 2 y daños en los nervios también pueden tener ampollas que parecen quemaduras. Suelen curarse en unas semanas y no causan dolor. Normalmente aparecen solo si no se controla la glucosa en la sangre.