La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre es muy alto. Si bien esta sustancia es la principal fuente de energía del cuerpo, sus niveles elevados pueden generar graves afecciones de salud.
Para regularla, el páncreas produce una hormona llamada insulina que se encarga de facilitar el ingreso de este azúcar a las células para usarse como energía. Sin embargo, en algunas ocasiones el cuerpo no produce suficiente o no produce nada o no usa adecuadamente la insulina y la glucosa se queda en la sangre y es allí en donde empiezan los inconvenientes para el organismo.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el paso del tiempo esta enfermedad puede dañar el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios.
La OMS indica que los adultos con diabetes tienen un riesgo mayor de padecer un infarto de miocardio o un accidente cerebrovascular, de ahí la importancia de controlar la enfermedad y mantener el azúcar en los niveles indicados.
De igual forma, las neuropatías, que son aquellas lesiones que se presentan en el tejido nervioso por cuenta de la diabetes y que afectan a los pies, si se combinan con la reducción del flujo sanguíneo, pueden incrementar las posibilidades de que las personas sufran de úlceras e infecciones que terminen ocasionando la amputación de las extremidades.
El Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de los Estados Unidos, indica que el exceso de glucosa en la sangre genera la diabetes, una enfermedad que no tiene cura, pero que si la persona toma medidas como buenos hábitos de alimentación, puede lograr su control.
Esta institución asegura que alimentarse bien y hacer ejercicio al menos cinco días a la semana puede ayudar a mantener los niveles de glucosa en la sangre, presión arterial y colesterol dentro de los valores deseados, bajar de peso o mantener un peso saludable, prevenir o retrasar los problemas de la diabetes y tener más energía.
Las proteínas son uno de los grupos de alimentos más importantes y que no deben faltar en la dieta de las personas con diabetes. Estos pacientes pueden consumir carne con poca grasa. Los cortes de carne deben ser magros y se deben preparar con sistemas de cocción que no requieran de grasas saturadas. Lo ideal es recurrir al uso de aceite de oliva, por ejemplo, que aporta grasas saludables al cuerpo.
Un tipo de carne magra de res que pueden consumir los diabéticos es el hígado, que se incluye dentro de las vísceras de la res. Este es un alimento bajo en grasa y en calorías y rico en vitaminas y minerales que puede incluirse en una dieta saludable. Le aporta al organismo zinc y el hierro. Es buena fuente de vitaminas del grupo B como la B6, B2, B5, B3 y B7, además de vitamina A.
El alto contenido en zinc del hígado de vaca facilita al organismo la asimilación y el almacenamiento de la insulina, clave para controlar los niveles de azúcar en la sangre.
La principal recomendación de los expertos es eliminar las carnes procesadas, ya que, aunque tienen un alto contenido de proteínas, en general, no son beneficiosas para las personas que padecen esta enfermedad.
Otras carnes recomendadas
Además de las carnes magras de res, los diabéticos pueden consumir cortes de cerdo con las mismas características. Este tipo de carne aporta proteínas, minerales y vitaminas.
El pollo, por su parte, es considerado una de las mejores opciones para incluir en la dieta de una persona que tiene sus niveles de azúcar elevados. Esta carne es rica en vitamina B, ayuda a la transformación de grasas, proteínas y hidratos de carbono en energía, lo que ayuda a combatir la fatiga y el cansancio y, además, es baja en calorías.
Por último, el salmón es recomendado debido a que es rico en ácidos Omega 3 y presenta un alto contenido protéico, al tiempo que es bajo en grasas saturadas. Es un alimento que ayuda a reducir la presión arterial y a disminuir los niveles de triglicéridos, dos enfermedades que están muy relacionadas con la diabetes.