La Organización Panamericana de la Salud (OPS) define la diabetes como “una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce”. Explica que con el paso del tiempo, una diabetes no controlada daña gravemente muchos órganos y sistemas del cuerpo, especialmente los nervios y los vasos sanguíneos.
Datos presentados por el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) muestran que la diabetes afecta a 1 de cada 4 personas mayores de 65 años de edad en Estados Unidos y cerca del 90 % al 95 % de los casos en adultos corresponden a la diabetes tipo 2. En esta forma de diabetes (tipo 2) el cuerpo no puede producir o usar bien la insulina presente. El NIDDK explica que las personas que la padecen podrán necesitar pastillas o insulina para controlar la enfermedad.
La insulina es una hormona que permite que el azúcar en la sangre ingrese a las células del cuerpo para que estas las utilicen como energía y es producida por el páncreas, indica el Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de Estados Unidos (NCCDPHP, por sus siglas en inglés).
Al respecto, hay una serie de ejercicios que pueden ayudar a controlar el azúcar de manera natural, pues por lo general se trata con fármacos, una dieta especial y la práctica de ejercicio.
Las actividades recomendadas, según el portal Econsejos son caminar, que se recomienda en especial para quienes padecen la enfermedad tipo 2. Llevar a cabo caminatas de 30 minutos al menos tres veces a la semana, pues esto ayuda a robustecer el sistema cardiovascular, tan afectado por la enfermedad.
También se recomienda hacer natación, deporte que incrementa la capacidad respiratoria y fortalece el corazón; el levantamiento de pesas sube el nivel de utilización de glucosa, reduciendo su acumulación en la sangre; y finalmente está el yoga para mujeres embarazadas con diabetes gestacional, que sube la resistencia física y disminuye la intensidad de algunas molestias comunes durante la gravidez.
La diabetes es conocida como una enfermedad silenciosa, debido a que no siempre presenta síntomas, esto depende del tipo de diabetes que la persona haya desarrollado y de la etapa de la patología. Pese a lo anterior, la ciencia ha encontrado una serie de síntomas que pueden indicar que un paciente sufre de esta enfermedad.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos son algunos síntomas “silenciosos” que puede presentar la diabetes:
- Aumento del apetito.
- Fatiga.
- Visión borrosa.
- Úlceras que no cicatrizan.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
Explica que los síntomas de la diabetes tipo 1 pueden aparecer de forma rápida, en cuestión de semanas. Entre tanto, los síntomas de la diabetes tipo 2 suelen progresar de forma lenta, a lo largo de varios años, y pueden ser tan leves que a veces pasan imperceptibles. De hecho, muchas personas con diabetes tipo 2 no llegan a presentar síntomas, mientras que hay personas que son diagnosticadas con diabetes una vez empiezan a desarrollar síntomas como visión borrosa o problemas en el corazón.
Lo anterior da cuenta de la importancia de un monitoreo constante de la salud y de la adopción de buenos hábitos para prevenir la enfermedad.
“A diferencia de la forma en que se manejan muchas otras afecciones, será principalmente usted quien maneja la diabetes con la ayuda de su equipo de atención médica (que incluye a su médico de atención primaria, médico de los pies, dentista, médico de los ojos, nutricionista dietista certificado, educadora sobre la diabetes y farmacéutico), su familia y otras personas importantes de su vida”, explica el NCCDPHP sobre el manejo de esta enfermedad.
La alimentación, como en la mayoría de enfermedades, puede jugar un papel clave en el manejo e incluso prevención de la diabetes tipo 2. Al respecto, los especialistas recomiendan seguir una dieta balanceada, la cual debe estar acompañada con ejercicio físico. Mayo Clinic resalta que, en la medida de lo posible, se deben practicar 150 minutos de ejercicios en el transcurso de la semana.