La glucosa es el azúcar principal que se encuentra en la sangre. Proviene de los alimentos que se consumen a diario y es la fuente primordial de energía del cuerpo humano. Este tipo de azúcar es transportada a través de la sangre a todas las células del cuerpo para ser utilizada como energía. La hormona que facilita la circulación de esa clase de azúcar es la insulina, la cual es liberada por el páncreas.
Los niveles altos de azúcar en la sangre aumentan el riesgo de desarrollar diabetes. Esta enfermedad crónica “ocurre cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce”, explica la Organización Mundial de la Salud (OMS). La función de la insulina, que es una hormona, es regular la concentración de la glucosa en la sangre. La característica más conocida de la diabetes son los niveles altos de glucosa y si no se realiza un tratamiento a tiempo de esta enfermedad, se produce una hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que eleva el riesgo de afectar órganos y sistemas del cuerpo humano.
En el caso de las personas que sufren diabetes, su cuerpo no realiza de forma correcta este transporte, lo que ocasiona en el organismo niveles altos de azúcar en la sangre. Esta enfermedad puede desarrollarse por tres factores: la producción mínima de insulina, la resistencia a la insulina o ambas condiciones, señala Medline Plus, Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Diferentes tipos de diabetes
- Diabetes tipo 1: este tipo de diabetes es la menos común. Se puede presentar en cualquier edad, pero la suelen padecer, por lo general, niños, adolescentes o adultos jóvenes. Se caracteriza por una producción deficiente de insulina, el cuerpo no produce o produce en cantidades mínimas.
- Diabetes tipo 2: este tipo de diabetes es el más común. Por lo general se presenta en la edad adulta (sobrepeso), sin embargo, en la actualidad se presenta cada vez más en los niños. En esta enfermedad el cuerpo es resistente a la insulina y no la usa como debería.
- Diabetes gestacional: este tipo de diabetes aparece en el embarazo. Esta enfermedad aumenta el riesgo de que se presenten complicaciones en parto. Al mismo tiempo de que la madre y el hijo presenten diabetes de tipo 2 en un futuro.
¿Cuáles alimentos se deben evitar?
Cuando las personas tienen un diagnóstico de diabetes es vital tener una alimentación saludable, para evitar que la enfermedad afecte aún más la salud del paciente. Por esto, existen algunos alimentos y productos que los diabéticos deben evitar, para disminuir el riesgo de padecer otras enfermedades. El portal especializado Tua Saúde (“tú salud”) menciona algunos de ellos:
- Bebidas alcohólicas
- Paquetes (mecatos)
- Pan blanco
- Arroz
- Pasta
- Carnes procesadas
- Dulces
- Lácteos
- Alimentos grasosos
¿Cuáles alimentos sí se pueden comer?
Existen diferentes alimentos que pueden ser incluidos en la dieta para las personas que padecen esta enfermedad. Estas comidas son nutritivas y contribuyen al bienestar de quienes tienen diabetes. Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reseña algunas recomendaciones para la alimentación diaria.
- Carbohidratos saludables: en el proceso de la digestión, los azúcares y los almidones se descomponen en la glucosa de la sangre. Por eso, es importante consumir carbohidratos que sean saludables para el organismo: frutas, vegetales, cereales integrales, legumbres, frijoles y guisantes. Respecto a los productos lácteos, se deben incluir los bajos en grasa, como la leche y el queso
- Fibra: es vital incluir alimentos ricos en fibra, ya que esta regula la manera en la que el cuerpo digiere; al mismo tiempo que ayuda a controlar los nivele de azúcar en la sangre. Se pueden incluir vegetales, frutas, nueces y cereales integrales.
- Pescado: consumir pescado como el salmón, la caballa, el atún y las sardinas tienen efectos positivos para el cuerpo, en especial para prevenir enfermedades cardíacas. Se debe evitar consumir frito.