La diabetes es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina, la hormona encargada de regular el azúcar en la sangre, o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
Hay tres tipos principales de diabetes: tipo 1, tipo 2 y gestacional. El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) señala que la diabetes gestacional se presenta en algunas mujeres que están en gestación y, en su mayoría, suele desaparecer tan pronto nace el bebé. “Sin embargo, aun si desaparece, estas mujeres y sus hijos corren un mayor riesgo de desarrollar diabetes más adelante”, advierte.
Mayo Clinic explica que este tipo de diabetes causa un alto nivel de glucosa sanguínea que puede afectar el embarazo y la salud del bebé que viene en camino. “En la mayoría de las mujeres, la diabetes gestacional no produce signos ni síntomas perceptibles. El aumento de la sed y la necesidad de orinar con mayor frecuencia son síntomas”, señala la entidad.
Recomienda a las mujeres que estén buscando quedar en embarazo consultar con su médico de cabecera para que evalúe si existe el riesgo de padecer diabetes gestacional y el estado de salud en general. Señala que en el marco de la atención prenatal, el médico estará atento para realizar pruebas que determinen si la mujer que está en gestación puede desarrollar este tipo de diabetes.
Quienes tienen diabetes gestacional necesitan chequeos más frecuentes para evaluar el estado de salud tanto de la madre como del bebé. Estos controles pueden intensificarse en el último trimestre del embarazo, en los que el médico supervisará el nivel de glucosa sanguínea de la mujer y la salud del bebé.
La entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación explica que hasta la fecha la medicina no tiene claro por qué algunas mujeres contraen diabetes gestacional y otras no. Sin embargo, señala que el exceso de peso antes del embarazo suele jugar un papel importante.
“Normalmente, diversas hormonas trabajan para mantener los niveles de glucosa sanguínea bajo control. Sin embargo, durante el embarazo, los niveles hormonales cambian, lo que dificulta que el cuerpo procese la glucosa sanguínea de manera eficiente. Esto hace que aumente tu nivel de glucosa sanguínea”, dice.
Como en toda enfermedad, hay algunas mujeres que son más propensas a desarrollar la diabetes gestacional. Sobrepeso y obesidad, falta de actividad física, diabetes gestacional previa o prediabetes, síndrome de ovario poliquístico, diabetes en un familiar inmediato y el parto previo de un bebé con un peso de más 4,1 kilos son algunos de los factores de riesgo. La entidad agrega que la raza también es considerada un factor de riesgo, las mujeres negras, hispanas, indígenas estadounidenses y asiático-estadounidenses tienen mayores probabilidades de sufrir la enfermedad.
“La diabetes gestacional que no se controla cuidadosamente puede llevar a altos niveles de glucosa sanguínea. El alto nivel de glucosa sanguínea puede causar problemas para ti y tu bebé, incluida una mayor probabilidad de necesitar una cesárea para el parto”, advierte Mayo Clinic.
Si la madre desarrolla la diabetes gestacional, el bebé puede tener más riesgo de tener sobrepeso al nacer, dificultades respiratorias graves, bajo nivel de glucosa sanguínea (hipoglucemia), muerte fetal intraútero o nacer prematuro. También es posible que a futuro sufra de obesidad y diabetes tipo 2.
En el caso de las mujeres en embarazo, la diabetes gestacional también puede aumentar el riesgo de padecer presión arterial alta y preeclampsia, tener un parto quirúrgico (cesárea) o diabetes en el futuro.