Es importante entender que la fibra de la fruta reduce la velocidad con la que el cuerpo absorbe el azúcar de los frutos en el intestino, ayudando a mantener equilibrados los niveles de glucosa en la sangre.
De acuerdo al portal Tua Saúde, la recomendación es consumir de dos a tres unidades de este alimento por día, aclarando que una fruta fresca mediana “contiene alrededor de 15 a 20 g de carbohidratos, lo que también se encuentra en el medio vaso de jugo o en dos cucharadas de su presentación deshidratada”.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la diabetes aparece como una enfermedad crónica cuando el páncreas no produce insulina, la hormona encargada de regular el azúcar en la sangre o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.
Debido a esto, en la actualidad se busca de múltiples formas combatir la diabetes a través de diversos tratamientos y en especial desde la alimentación.
“Todas las frutas pueden ser consumidas por las personas con diabetes, siempre que sean consumidas en pequeñas cantidades y estén distribuidas a lo largo del día para no estimular el aumento del azúcar en la sangre”, xplica Silvana Lezzi, nutricionista de Blua Sanitas en palabras que recoge el portal Hola.
Otra recomendación que hacen los expertos para los diabéticos es consumir las piezas frescas, principalmente las que son ricas en fibras o que pueden ser consumidas con cáscara o piel, como la manzana, la pera, el albaricoque, la ciruela: Su alto contenido de fibra ayuda a disminuir la velocidad con la que el azúcar es absorbido, un proceso que sirve para mantener la glucemia controlada.
En el sitio web Hola aconsejan comer las frutas después de las comidas principales (almuerzo y la cena) como postre. También sugieren comer una fruta en el desayuno, “lo importante es distribuirlas a lo largo del día, no concentrarlas en un solo momento y procurar comerlas mayormente con piel e intentar no excederse de la cantidad recomendada”.
Las frutas desecadas o deshidratadas fueron sometidas a un proceso para disminuir la mayor proporción de agua, entre ellas se encuentran las uvas pasas, el albaricoque desecado, las ciruelas pasas, el dátil, higos secos.
La nutricionista Silvana Lezzi destaca que estas frutas deshidratadas se deben consumir en pequeñas cantidades, pues tienen la misma cantidad de azúcar que la fruta fresca, pero cuentan con menor volumen; por esta razón, el azúcar está concentrado en pequeños volúmenes, lo que puede ser nocivo para los pacientes con diabetes.
Además de las frutas que un diabético puede consumir, también es fundamental tener en cuenta las que no debe incluir en la dieta.
En el portal Medical News Today señalan que el índice glucémico (IG) muestra cuánto puede elevar el azúcar en la sangre de una persona luego de comer un determinado alimento.
“Si un alimento tiene una puntuación de IG de entre 70 y 100, es alto en azúcar”, explican en Medical News Today, de acuerdo con esta tabla, estas son algunas frutas con una puntuación en este rango:
- Sandías.
- Dátiles secos.
- Piñas.
- Bananos demasiado maduros.
Según Diabetes UK, es indispensable entender que la cantidad de carbohidratos que una persona come tiene el mayor impacto en los niveles de azúcar en la sangre.
Un consejo de los especialistas es evitar el aumento rápido de la glucemia, por ello se sugiere consumir las frutas junto con alimentos ricos en fibra como avena en hojuelas, linaza y galleta integral.
Un estudio de 2013 analizó los beneficios de comer este alimento ante la posibilidad que una persona desarrolle diabetes tipo 2.
Los resultados de esta investigación mostraron que “las personas que consumían más fruta entera tenían menos probabilidades de desarrollar la condición. Las personas que bebían grandes cantidades de jugo tenían más probabilidades de desarrollar diabetes”, recoge el portal Medical News Today.