La insulina es una hormona que permite que el azúcar en la sangre ingrese a las células del cuerpo para que estas las utilicen como energía y es producida por el páncreas. “Si usted tiene diabetes tipo 2, las células no responden de manera normal a la insulina; a esto se lo llama resistencia a la insulina”, reseña el Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de Estados Unidos (NCCDPHP, por sus siglas en inglés).
Explica que el páncreas produce más insulina para tratar de lograr que las células respondan, sin embargo, este órgano no puede mantener el ritmo por lo que los niveles de azúcar en la sangre aumentan. Este proceso crea las condiciones propicias para la prediabetes y la diabetes tipo 2. La entidad advierte que tener niveles altos de azúcar en la sangre es dañino para el organismo “y puede causar otros problemas de salud graves, como enfermedad del corazón, pérdida de la visión y enfermedad de los riñones”.
Los síntomas de la diabetes tipo 2 no suelen presentarse una vez se desarrolla la enfermedad en el organismo, sino que van apareciendo conforme van pasando los años y pueden estar presentes sin que las personas los noten. De ahí la importancia sobre un monitoreo constante de la salud y de la adopción de buenos hábitos para prevenir la enfermedad. La diabetes tipo 2 se detecta únicamente mediante un análisis de sangre.
“A diferencia de la forma en que se manejan muchas otras afecciones, será principalmente usted quien maneja la diabetes con la ayuda de su equipo de atención médica (que incluye a su médico de atención primaria, médico de los pies, dentista, médico de los ojos, nutricionista dietista certificado, educadora sobre la diabetes y farmacéutico), su familia y otras personas importantes de su vida”, explica el NCCDPHP sobre el manejo de esta enfermedad.
La entidad señala que la diabetes tipo 2 puede ser manejada mediante una alimentación saludable y con actividad física regular. Además, el médico tratante puede recetarle insulina al paciente, así como medicamentos inyectables u orales para controlar los niveles de azúcar en la sangre y evitar posibles complicaciones. Advierte que pese a los medicamentos recetados por el especialista, la dieta saludable y la actividad física son importantes, así como también es vital tener bajo control la presión arterial y el colesterol.
Los niveles de azúcar en la sangre deben ser supervisados con regularidad, el médico tratante definirá la frecuencia de los chequeos y es importante acudir a cada uno de ellos. Sumado a lo anterior, hay un factor a tener en cuenta: el estrés. Si bien el estrés hace parte de la vida cotidiana, pueden hacer que el manejo de la diabetes sea más difícil. Los ejercicios de relajación, la actividad física y dormir bien son algunos factores que pueden ayudar en el manejo de la diabetes.
El Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de Estados Unidos recomienda a los pacientes que han sido diagnosticados con diabetes que se reúnan con un educador sobre esta afección para obtener apoyo y orientación y saber: cómo crear un plan de alimentación saludable y de actividad física; cómo revisarse los niveles de azúcar en la sangre y llevar un registro de los resultados; cómo reconocer los signos de que sus niveles de azúcar en la sangre están altos o bajos y qué hacer al respecto; si necesita insulina, cómo administrársela con una jeringa, pluma o bomba; cómo revisarse los pies, la piel y los ojos a fin de detectar los problemas temprano; cómo comprar suministros para la diabetes y guardarlos adecuadamente; y cómo manejar el estrés y ocuparse de los cuidados diarios que requiere la diabetes.