El organismo necesita glucosa (azúcar) como fuente de energía, la cual obtiene a través de los alimentos. Cuando se consumen alimentos, el cuerpo los transforma en glucosa y la sangre se encarga de transportarla hacia diferentes partes del organismo. La diabetes ocurre cuando hay demasiada glucosa en la sangre.
Mi Buscador de Salud, un micrositio coordinado por la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud de Estados Unidos, explica que en las personas que tienen diabetes, “el organismo tiene dificultades para convertir la glucosa en energía. Como el organismo no puede utilizar la glucosa, esta se acumula en la sangre y al resto del cuerpo le hace falta energía. Con el tiempo, el exceso de glucosa en la sangre puede causar lesiones en prácticamente todas las partes del cuerpo”.
Señala que la diabetes es una de las principales causas de discapacidad y muerte en Estados Unidos. Además, esta enfermedad aumenta el riesgo de que se presenten problemas graves de salud, como enfermedades del corazón, ataque o derrame cerebral, ceguera, insuficiencia renal o daño nervioso, que puede conducir a la amputación de un dedo del pie, de un pie o de una pierna.
Es una enfermedad crónica que tiene tres tipos principales: diabetes tipo 1, diabetes tipo 2 y diabetes gestacional. La diabetes tipo 2 es la forma más común. De hecho, los individuos que tienen sobrepeso y no realizan actividad física de forma regular, tienen más probabilidades de padecer esta enfermedad.
Otros factores que aumentan el riesgo de sufrir esta enfermedad incluyen: tener prediabetes, tener más de 45 años, tener antecedentes familiares de diabetes, tener la presión arterial alta o el colesterol LDL alto, realizar ejercicio menos de tres veces por semana y ser afroamericano, nativo de Alaska, indígena estadounidense, de origen asiático, hispano o latino, nativo de Hawái o de las islas del Pacífico.
“Los síntomas de la diabetes de tipo 2 a menudo se presentan en el transcurso de varios años. Muchas personas que la sufren presentan síntomas durante mucho tiempo sin darse cuenta”, explica el sitio y añade que hay pacientes que nunca llegan a presentar sintomatología.
Tener mucha sed o mucha hambre, sentirse más cansado que de costumbre, orinar más de lo acostumbrado, bajar de peso sin ninguna razón, tener cortadas o moretones que tardan mucho en sanar, tener la vista borrosa y sentir las manos o los pies dormidos o con hormigueo son algunos de los signos y síntomas que se pueden presentar.
Controlar el peso, consumir una alimentación saludable y mantenerse activo son algunas de las medidas tempranas que se pueden tomar para prevenir la diabetes tipo 2 o, por lo menos, retrasar su comienzo.
La alimentación juega un papel clave en la salud de las personas y, por supuesto, en el tratamiento y prevención de la diabetes. Mayo Clinic recomienda el consumo de vegetales, los cuales proporcionan vitaminas, minerales y carbohidratos a la alimentación. “Los carbohidratos incluyen azúcares y almidones (las fuentes de energía) y fibra. La fibra dietética, también conocida como fibra alimentaria o alimenticia, incluye las partes de los alimentos vegetales que el cuerpo no puede digerir ni absorber”, señala.
La entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la investigación y la educación dice que los alimentos ricos en fibra ayudan en la pérdida de peso y reducen el riesgo de sufrir diabetes. Tomates, pimientos, frutas de los árboles, hortalizas de hoja verde, brócoli, coliflor, fríjoles, garbanzos, lentejas, pastas, panes integrales, arroz integral, avena entera y quinua son algunos alimentos con alto contenido de fibra recomendados.
La fibra aporta numerosos beneficios para la salud. Mayo Clinic destaca que retrasa la absorción de azúcares y reduce los niveles de glucosa en la sangre; interfiere en la absorción de colesterol y grasa en la alimentación; controla otros factores de riesgo que afectan la salud del corazón, como la presión arterial y la inflamación; ayuda a comer menos porque los alimentos con un alto contenido de fibra producen mayor saciedad y brindan mucha energía.
Añade que se deben evitar los alimentos que sean “carbohidratos malos”, “es decir aquellos que tengan un alto contenido de azúcar con poca fibra o nutrientes: pan blanco y productos de pastelería, pasta de harina blanca, jugos de frutas y alimentos procesados con azúcar o jarabe de maíz alto en fructosa”.
El Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos recomienda que cuando se sirva el alimento, se debe llenar la mitad del plato con frutas y vegetales, una cuarta parte del plato con un proteína baja en grasa como fríjoles, o pollo o pavo sin el pellejo, y la otra cuarta parte del plato con un cereal integral, como arroz o pasta integral.