Con el paso del tiempo se ha sabido que la diabetes tipo 2 es una de las principales causas de ceguera, insuficiencia renal, complicaciones cardíacas, eventos cerebrovasculares y amputación de miembros inferiores, según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) no solo en el mundo, sino en Colombia.
La diabetes mal controlada aumenta las posibilidades de presentar estas complicaciones y la mortalidad prematura.
De acuerdo con la Federación Internacional de Diabetes, en Colombia para el 2021 se reportaron más de 3 millones de casos de diabetes y para el año 2035 se estima que se reporten más de 5 millones de casos. Por otro lado, se calcula que 62 millones de personas en las Américas viven con Diabetes Mellitus tipo 2.
En el caso de la diabetes tipo 2, si la dieta, el ejercicio y los medicamentos no funcionan, adquirir la hormona mantendrá los niveles de glucosa en la sangre dentro de los rangos normales, registra Mayo Clinic.
Esta enfermedad puede desencadenar en múltiples enfermedades oculares como la retinopatía diabética, el edema macular diabético, cataratas y el glaucoma. Aproximadamente una de cada tres personas con diabetes mayores de 40 años ya presenta algunos síntomas de retinopatía diabética, registra Meds Bla.
Dadas estas condiciones, la doctora Liliana Torres, medical advisor de Bayer, explica que “el edema macular diabético es la acumulación de líquido que causa inflamación en la parte central de la retina llamada mácula, generando problemas significativos en la visión, incluso puede llegar a la ceguera. Esta patología representa la primera causa de pérdida visual en los pacientes con diabetes mellitus.”
La médica internista destaca que es importante mantener estilos de vida saludables que incluyan: dietas balanceadas, actividad física regular, monitoreo y control del peso corporal, reducción del consumo de tabaco y “por supuesto control de la enfermedad de base (control del azúcar) y otras comorbilidades como la tensión arterial y la hipercolesterolemia. Estas acciones ayudarán a prevenir y/o retrasar la aparición de las complicaciones de la diabetes y las consecuencias que esta enfermedad acarrea”.
Así las cosas, dado el caso que se sea diagnosticado con cualquier tipo de diabetes, la principal forma de prevenir posibles enfermedades oculares es seguir las indicaciones anteriores; ser riguroso con el tratamiento que el médico indique, lo que incluye el uso adecuado de medicamentos y la asistencia a controles de acuerdo con las indicaciones médicas; solicitar la práctica de exámenes visuales anualmente y controlar la presión sanguínea y los niveles de azúcar en sangre.
Pese a que las enfermedades oculares no evidencian síntomas en las primeras etapas, si no se tratan a tiempo pueden desencadenar en la pérdida progresiva de la visión. A su vez, la diabetes representa una importante carga al sistema de salud.
Según la Federación Mexicana de Diabetes representa un costo anual de 65 mil millones de dólares para América Latina y el Caribe, de los cuales 15 mil millones corresponden a México, 44 mil millones a América del Sur y 3 mil millones a América Central y el Caribe, respectivamente.
Respecto al tratamiento, hay terapia llamada bomba de insulina, que realiza ajustes y correcciones automáticas de insulina para estabilizar la glucosa de una manera más sencilla y se usa en pacientes entre los siete y 80 años que vivan con diabetes tipo 1; brinda mayor tranquilidad a los cuidadores de la paciente, porque se puede ver su nivel de azúcar en el celular.
Es por ello que resulta fundamental realizar controles regulares que permitan detectar y tratar enfermedades oculares a tiempo, logrando así que con el tratamiento adecuado, la visión se mantenga en correcto estado el mayor tiempo posible. En ese punto, la prevención y en cuidado son estrategias claves para ver una vida mejor. Consultar a tiempo y seguir las recomendaciones de tu médico.
Vale decir que un diagnóstico a tiempo permite proteger órganos importantes como ojos, riñones, corazón, cerebro y pies, que se pueden afectar por mantener variable los niveles de la glucosa, disminuyendo así el riesgo de complicaciones, según la OMS.