La edad, factores genéticos, hábitos y la higiene dental son puntos clave que definen el color de los dientes, cuya función principal es triturar los alimentos para que continúen su trayecto hacia el estómago. Por ello, su pigmento no solo es cuestión de estética, sino también de salud bucal.
El color amarrillo en los dientes, por lo general, se presenta con mayor frecuencia en personas que fuman, ingieren ciertos medicamentos e incluso por el proceso natural del envejecimiento; también por falta de higiene o suele sucederles a pacientes que han tenido que pasar por procesos de quimioterapia o radiación.
Sin embargo, a veces los dientes tienen esa apariencia amarilla por la erosión del esmalte dental, dejando ver la dentina que está debajo. La dentina es un tejido óseo naturalmente amarillo que se encuentra debajo del esmalte.
De ahí la importancia de poder nutrir al cuerpo con vitaminas como la D, ya que al contribuir a la absorción de elementos como el calcio no se va a permitir que los huesos y dientes se debiliten fácilmente.
Ahora bien, el portal Panorama reseñó un remedio casero que podría ser efectivo para blanquear los dientes de forma natural. Sin embargo, es necesario acudir al odontólogo para que, de forma profesional, se establezca el tratamiento ideal para cada persona.
Para este truco casero se requiere de: tres dientes de ajo, un tomate rojo, una cucharada de pasta dental y media cucharada de bicarbonato de sodio.
Lo primero es rallar los dientes de ajo hasta obtener una pasta. Posteriormente, cortar el tomate rojo y exprimir hasta obtener su jugo. En un recipiente agregar el ajo y una cucharada del jugo de tomate; posteriormente, añadir la pasta dental y el bicarbonato de sodio. Revolver perfectamente hasta que obtener una mezcla homogénea.
Aplicar un poco de esta pasta en el cepillo dental y cepillar los dientes durante dos a tres minutos. Este remedio casero para blanquear los dientes se puede realizar dos veces a la semana; sin embargo, es importante seguir manteniendo la higiene bucal correcta, es decir, cepillar los dientes tres veces al día y utilizar hilo dental.
El sabor y versatilidad del ajo lo han convertido en uno de los alimentos más utilizados en la gastronomía y como remedio casero para tratar y prevenir el desarrollo de diversas afecciones, debido a su elevada densidad nutricional.
Es un alimento nutritivo, que contiene minerales como manganeso, selenio, calcio, cobre o potasio y vitaminas B6 y C; tiene pocas calorías, y se aconseja incluirlo en el marco de una dieta equilibrada y saludable para potenciar sus beneficios.
Según el portal Healthline, la mayoría de sus bondades para la salud está relacionada con los compuestos de azufre que se forman cuando se cortan, trituran o mastican los dientes de ajo crudo.
Uno de los más reconocidos es la alicina, que ofrece propiedades antibióticas; también contiene disulfuro de dialilo y s-alil cisteína. Según este sitio web, estos compuestos ingresan al cuerpo desde el tracto digestivo y viajan por todo el organismo, ejerciendo sus efectos biológicos.
Para consumirlo, lo ideal no es tragarlo entero. Lo correcto es machacarlo o, mejor aún, cortarlo en finas láminas y, si se quiere suavizar un poco el sabor, mezclarlo con aceite de oliva, de lino, nuez o coco.