Cuando el organismo se intoxica, hay varios métodos para eliminar los microorganismos dañinos. Uno de estos es la dieta blanda, la cual es una alternativa casera y con múltiples beneficios.
La alimentación se aplica para casos puntuales, como los problemas digestivos, bucales, intoxicaciones alimentarias o efectos contraproducentes tras procesos postoperatorios .
Women’s Health explica que en ciertos tramos el sistema digestivo requiere un respiro, debido a que no siempre estará en óptimas condiciones para absorber los alimentos. Es frecuente que las personas padezcan gastroenteritis o experimenten los efectos de los excesos, por lo que devolverle vitalidad al cuerpo es clave para no intensificar los síntomas .
Para ello, la clave es adoptar una dieta blanda, la cual se destaca por ser de fácil digestión y permite recuperar al cuerpo con el mínimo esfuerzo. Esta alimentación es suscrita por especialistas de la salud (como nutricionistas), para pacientes con intoxicaciones alimentarias, gastroenteritis, patologías digestivas, condiciones bucales, entre otros aspectos. Igualmente, requieren estudiar con anticipación el tracto digestivo de la persona, para dar con la causa de su complicación y saber qué alimentos son los recomendados.
A nivel general, la dieta blanda incluye alimentos fáciles de digerir, pero que estén exentos de grasas, ácidos, fibra y condimentos; por el hecho que estas propiedades aumentan la irritación en el tracto digestivo y las secreciones gástricas, la clave es evitarlos .
Los platos, entonces, deben ser sencillos y estar exentos de grasas. De igual manera, es ideal cocinar los alimentos al vapor. La dieta blanda evita un exceso de fibra o grasa y se trata de una alimentación basada en cocciones fáciles de digerir que incluye cereales refinados, vegetales no excesivamente fibrosos, carnes magras y pescados blancos, entre otros. Los productos que hacen parte de la dieta son:
- Verduras, hortalizas y tubérculos con bajo contenido de fibra: zanahoria, calabacín, calabaza, papa y caldos.
- Frutas maduras no ácidas: pera, manzana y plátano.
- Cereales refinados: arroz blanco, pan blanco y pasta.
- Carnes blancas con bajo contenido en grasa: pollo, pavo y conejo.
- Pescados blancos: merluza, pescadilla y bacalao.
- Huevos: sea cocidos o en tortilla. La única presentación no apta es comer huevo crudo.
- Lácteos: yogur natural, quesos frescos o requesón.
- Bebidas: agua, caldos desgrasados, infusiones y suero oral.
La dieta blanda suele ponerse en marcha durante tres o cuatro días, dependiendo de la reacción que tenga el organismo. A medida que haya mejoría, se eliminan alimentos. De lo contrario, se requieren extender los días o hacer énfasis en ciertos productos.
Cabe indicar que esta alimentación no se debe seguir para bajar de peso, debido a que para lograr ese propósito, hay que llevar a cabo otra diferente. La dieta blanda en cuestión es para la intoxicación y carece de algunas grasas polinsaturadas (por ejemplo, la fibra). Del mismo modo, hay alimentos que no se pueden consumir durante esta dieta, enumerados por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos :
- Lácteos grasosos, como por ejemplo helados, crema batida.
- Verduras crudas o ensaladas.
- Verduras como la col, brócoli, pimientos verdes, pepinos, maíz .
- Frutas ácidas y las que no estén maduras.
- Encurtidos y alimentos fermentados.
- Bebidas que contengan cafeína y bebidas alcohólicas.
- Cereales integrales.
- Carnes rojas y embutidos.