La dieta Keto o cetogénica consiste en consumir alimentos ricos en grasas y restringir drásticamente los carbohidratos. En general, lo ideal es consumir menos de 50 gramos de carbohidratos por día, el equivalente a menos de cuatro rodajas de pan, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

Según Jason Ewoldt, dietista de bienestar del Programa para Vida Sana de Mayo Clinic, cuando se cambia a una dieta muy alta en grasas y baja en carbohidratos el cuerpo, por necesidad, se aleja de la glucosa y en su lugar utiliza los ácidos grasos y los cuerpos cetónicos como energía. Este proceso se llama cetosis, de ahí el nombre de la dieta.

El experto también señaló que los médicos comenzaron a indicarla en la década de 1920 para tratar a los niños con epilepsia, y todavía se usa a veces para eso. Sin embargo, en la actualidad, está adquiriendo relevancia para la pérdida de peso o lograr resistencia extrema en deportes como el maratón y el triatlón.

Sin embargo, la dieta tarda de dos a tres semanas en empezar a quemar grasa (cetosis) en el cuerpo. Por lo tanto, las personas no pueden esperar resultados instantáneos. Además, pueden causar efecto rebote, ya que con el tiempo algunos vuelven a la alimentación habitual.

“Las personas que pierden peso rápidamente en comparación con las que lo pierden lentamente no obtienen ningún beneficio adicional para la salud y es la cantidad de peso perdido en general lo que puede tener un impacto”, señaló un estudio sobre el tema de la Universidad de York.

Asimismo, el estudio explica que es importante “buscar intervenciones que se centren en el control del peso a largo plazo y que puedan lograr una pérdida de peso sostenida en la recomendada de una a dos libras por semana”.

Ewoldt añadió una advertencia: “Esta es una dieta muy restrictiva que es difícil de seguir. La persona promedio no la va a seguir cumpliendo a largo plazo. Además, debido a que el contenido de grasas saturadas es alto, junto con cantidades limitadas de frutas, verduras y cereales integrales, no es óptima para la salud”.

Además, la dieta keto “no está recomendada para personas con enfermedades metabólicas, problemas de tiroides, riñón, hígado o páncreas, diabéticos o pacientes con TCAs”, según el blog Directo al Paladar.

Según La Vanguardia un estudio publicado en la revista Frontiers in Nutrition “un alto consumo de proteínas facilita la hiperfiltración, un fenómeno de aumento del flujo sanguíneo al glomérulo, que se cree que conduce a daños a largo plazo en personas con enfermedades renales crónicas (ERC). Además, la carga ácida de la dieta cetogénica puede empeorar la acidosis metabólica y la enfermedad renal en personas con ERC”.

Asimismo, la dieta keto se podría asociar con el riesgo de Alzheimer al tener un incremento de grasas saturadas lo cual.

Dieta | Foto: Copyright

La gerente del programa de educación nutricional en el Comité de Médicos para una Medicina Responsable, Lee Crosby, le dijo a la Vanguardia que la dieta keto también “puede aumentar los niveles de colesterol malo y el riesgo general de enfermedad crónica”.

Asimismo, el estudio indicó que no es ideal para mujeres en embarazo pues las dietas bajas en carbohidratos se relacionan “con un mayor riesgo de defectos del tubo neural en el bebé”.

Alimentos de la dieta Keto

Ewoldt dice que las nueces, las semillas, el queso y otros productos lácteos altos en grasas, el yogur griego natural, las verduras sin almidón y fibrosas, los aceites, junto con cantidades más pequeñas de carnes, huevos y pescado son los pilares de la dieta cetogénica.

Se deberán limitar drásticamente los carbohidratos, incluidos el pan y los productos horneados, los dulces, los fideos, los cereales de desayuno, las verduras con almidón como las papas, las batatas, el maíz y los guisantes, los frijoles, la fruta y la cerveza.

Si la persona tiene sed, debe tomar agua. El café y el té sin azúcar también están permitidos.

No obstante, este tipo de alimentación tiene algunas desventajas y la entidad sin ánimo de lucro explicó que las dietas con muy poco contenido de carbohidratos tienden a tener tasas más elevadas de efectos secundarios, como estreñimiento, dolores de cabeza y mal aliento, entre otros. Y cumplir con los requisitos de la dieta implica suprimir muchos alimentos saludables, lo que dificulta satisfacer las necesidades de micronutrientes.