La evidencia científica ha demostrado que el organismo no funciona igual a los 20 que a los 50 años y las necesidades nutricionales generalmente cambian con el tiempo. Por esta razón, a medida que pasan los años, es importante que se le preste la debida atención al mantenimiento de las diferentes partes del cuerpo, como los músculos, los huesos, la memoria, la capacidad cognitiva y por supuesto a la salud cardiovascular.
Cabe resaltar que la alimentación después de los 50 años debe ser similar a la del resto de las etapas de la vida, en que se incluyen carbohidratos, grasas saludables y proteínas, además de la reducción de azúcares y el bajo aporte de sal, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La nutricionista Diana Rojas afirma que una buena alimentación nutritiva puede lograr la diferencia en la salud de una persona, por lo cual es fundamental elegir adecuadamente lo que se consume. “La clave está en tener una alimentación equilibrada y variada que incluya alimentos de todos los grupos y restrinja el azúcar, la sal y las grasas”, resalta Rojas.
Aquí algunos alimentos científicamente comprobados que favorecen el organismo después de los 50:
Yogur natural
- El Hebrew Senior Life Institute, de la Universidad de Harvard, realizó recientemente una investigación sobre los lácteos y cómo su consumo afecta la salud de los huesos. El resultado expuso que aumentar el consumo de estos productos como queso, leche o yogur se asocia con una mayor fuerza vertebral y mayor densidad mineral ósea. Además, concluyeron que estos beneficios son mayores en hombres a partir de los 50 años.
Ciruelas secas
- Un estudio de la Universidad Estatal de Florida confirma que las mujeres en edad menopáusica y posmenopáusica, que toman a diario nueve o diez ciruelas secas, se ven beneficiadas en cuanto a la prevención de esta enfermedad. Además, una investigación de la Universidad George Mason de Virginia (Estados Unidos) analizó la conclusiones al respecto y confirmó el efecto protector de esta fruta sobre el deterioro óseo en las mujeres posmenopáusicas.
Huevos
- La Sociedad Española de Geriatría y Gerontología señala que los huevos proporcionan un buen aporte de selenio, el cual ejerce un efecto antioxidante. Además, aseguran que su déficit se relaciona con enfermedades de inmunodeficiencias y coronarias por lo cual es esencial asegurarse de consumir la cantidad necesaria de selenio entre 55 y 75 mg al día. Así mismo, La Universidad de Helsinki realizó un estudio en el que se demuestra que el consumo moderado de huevos es beneficioso para el rendimiento cognitivo.
Kale
- La kale es una buena fuente de calcio, el cual es un mineral que se debe tener en cuenta para aportarle beneficios a la salud en la edad adulta con el propósito de mantener los huesos fuertes. La nutricionista Angie Asche afirma que una taza de este alimento proporciona casi el 30 % de las necesidades diarias de calcio, además de otros nutrientes como el potasio, la fibra y las vitaminas A, C y K.
Almejas
- Son ricas en minerales y proteínas, además, ofrecen un gran aporte de vitamina B12. Se ha comprobado que un gran número de adultos de 50 años en adelante tiene déficit de esta vitamina (también de ácido fólico o vitamina B9, que se encuentran en verduras de hoja verde). Un estudio realizado por investigadores del Irish Longitudinal Study on Ageing del Trinity College de Dublin asegura que estas dos vitaminas del grupo B son esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso y relacionan su deficiencia con una mala salud a largo plazo en personas mayores.